La Asociación de Amigos de Fernando Quiñones afronta, justo en plena conmemoración del 25 aniversario de la muerte del escritor, cambios en la presidencia y en la sede. El nombramiento de Blanca Flores como subdelegada del Gobierno ha obligado a coger el timón a Ricardo Carpintero, y las obras en el Baluarte del Orejón, a trasladarse a la calle Ancha, al edificio del antiguo Rectorado de manera provisional.
Pero todo marcha viento en popa. Carpintero ha explicado en una entrevista en La Orilla, el programa que dirige y presenta Pedro Espinosa en 7TV Cádiz, que la programación prevista para este año tan especial tiene todavía hitos importantes que están preparados o casi listos.
Entre estos, destaca la colocación de 14 azulejos, ya listos, en los puntos más emblemáticos de la ruta Fernando Quiñones con un código QR que ofrece a los turistas en general y a los amantes de la obra del autor de La Canción del Pirata información pormenorizada sobre su vida y su obra, así como contenido multimedia protagonizado por Inma Márquez, Fernando Lobo o Paco Luque.
La exposición en el Castillo de Santa Catalina y el congreso organizado por la Universidad de Cádiz (UCA), con Alberto Romero como responsable, en noviembre completan una agenda en la que los ayuntamientos de Cádiz y Chiclana se han involucrado activamente. “Nos han puesto todas las facilidades del mundo”, celebra.
Además, la asociación ultima los Martes Culturales y los Viernes de cine y teatro, que se desarrollarán en verano en el patio del ECCO.
El trabajo de miembros como Desirée Ortega, Inma Márquez, José María Jaén o Eugenio Barriola ha sido clave, agrega.
En cuanto a la sede, confía en que el Baluarte del Orejón esté listo en “octubre y noviembre” y reitera que el Ayuntamiento ha asumido el compromiso de que la asociación esté de vuelta a unas instalaciones “donde se asoman como si fuera un museo” quienes quieren encontrar la esencia de la obra “poliédrica” del insigne gaditano.
Pero también adelanta que la biblioteca de la asociación, con más de 3.000 ejemplares, permanecerá en la calle Ancha “porque ya no cabe en ningún sitio”.
En cuanto a la figura de Fernando Quiñones, Carpintero apunta que los actos previstos durante este año tienen como objetivo poner en valor la calidad y la profundidad de su obra, que no ha contado tradicionalmente, “de Madrid para arriba”, con la aceptación en los círculos literarios más cerrados de su época.
“A Quiñones le comprendían bien sus amigos, como Alberti”, añade en referencia al humor del gaditano, que se puso serio cuando la empresa para la que trabajaba trató de explotar el tipismo que creían representar. “Renunció a su empleo vestido de torero”, recuerda.