Que queda mucho por hacer en el centro de Jerez es tan cierto como que algo se está moviendo. Que queda no mucho sino casi todo por hacer es igualmente tan verdad como que parece que se está despertando de su larguísimo letargo. Que hay iniciativas que pueden ir poco a poco dándole otra cara también es también rigurosamente afirmativo porque Rianal, aquella tienda de casi obligado cumplimiento para comprar los uniformes escolares o las primeras prendas de abrigo del nuevo invierno o los bañadores del verano y que tanto tiempo lleva cerrada, ya ve movimiento en su interior para acoger apartamentos turísticos o de temporada, porque nuevos bares, tabancos o restaurantes atisban próximas aperturas en Algarve, Chapinería o Plateros por poner algunos ejemplos, porque inmuebles que parecían condenados a su muerte con el paso del tiempo se quieren revitalizar y, al menos, ya lucen en sus paredes los carteles de se venden, porque el emblemático Gallo Azul da a entender, por las obras que realiza, que va a volver a abrir más pronto que tarde sus puertas, porque proyectos como los de la sede principal de la antigua Caja de Ahorros de Jerez en Plaza del Arenal se aseguran que están en vías de progresión; porque otros, como el de la sede que fue Caja San Fernando, antes Caja Rural Provincial, en calle Larga, están esperando su puesta en marcha, porque asímismo se anuncian inauguraciones de nuevos establecimientos de restauración en la Plaza del Banco, porque en Plaza Belén no parece que haya vuelta atrás en el Museo del Flamenco o en el Museo de Lola Flores lo que le debe dar a esa arteria un nuevo movimiento diario y no estar solo a expensas de algún acontecimiento puntual.
Que esto es como si fuese un movimiento de tierra para luego edificar lo que debe ser el nuevo centro es tan certero como que por algo hay que empezar y por ello se está emplazando a los propietarios, expropiando y poniendo en valor fincas abandonadas que dan a la zona central de la ciudad, histórica y no, un aspecto lamentable en muchas de sus sectores. Se están intentando acciones para mover el centro, porque el centro interese y porque vuelva a ser el dinamizador de una ciudad de más de doscientas mil almas que debe mirar hacia dentro y no hacia fuera. De momento algo se mueve y creo que eso es importante, más allá de lo muchísimo que queda por hacer, pero en un año no se puede hacer lo que no se ha hecho en cincuenta.