Los residentes de un edificio de Sevilla, que desde hace décadas sufre las consecuencias del abandono y la okupación, ha denunciado que un grupo de personas ha llegado a acceder al mismo con la intención de agredir a sus residentes e incluso han llegado a prender fuego de madrugada.
Esta denuncia ha sido trasladada por los afectados a los medios de comunicación, aportando vídeos y fotografías de los presuntos agresores, y afecta a un zona de varios edificios en la zona de Nervión de la capital, conocida como Edificio Pinillos, propiedad de una inmobiliaria que quebró en 2012 y que tras una subasta pertenece a la empresa Maben Itálica, y donde en otras ocasiones han ocurrido problemas relacionados con las viviendas okupadas.
El edificio Pinillos ocupa toda una manzana conformada por las calles Lope de Vega, Júpiter, Luis Cadarso y Padre Méndez Casariego, aunque la zona más conflictiva, donde hay mayor concentración de pisos okupados, es la que da a las dos últimas calles.
En octubre del pasado año se produjo el desalojo violento del número 13 del edificio Pinillos por parte de un grupo de "desokupas" que accedió al mismo y llegó a cambiar las cerraduras, aunque al día siguiente un juez revirtió dicho desalojo y permitió la vuelta de las personas que tuvieron que salir por la fuerza.
Un grupo de "activistas y personas implicadas" han denunciado este miércoles las "prácticas violentas y extremadamente peligrosas" a las que se han visto sometidos los residentes del bloque 15 del Edificio Pinillos, situado en la calle Padre Méndez Casariego, por parte de un grupo de personas "que han puesto en riego la vida de residentes y allegados" ante la "pasividad" de los cuerpos y fuerzas de seguridad.
Según denuncian, en las noche del 3 al 4 de septiembre pasado, un grupo de cuatro personas intentaron entrar al bloque de manera violenta alrededor de las 00 horas, aunque desistieron finalmente ante los gritos de algunos residentes, quienes les acusan de haber sido agredidos.
Los denunciantes aseguran que la policía se personó 15 minutos después, le informaron y los agentes se marcharon, aunque dos horas después se produjo "un nuevo intento de asaltar el bloque de viviendas", en esta ocasión incluso utilizando disparos de perdigones, que propicia la vuelta de la policía.
Según explican los afectados, los agentes únicamente toman los datos de una de sus habitantes para realizar la denuncia de los hechos y se vuelven a marchar, pero sobre las 6,00 horas de la madrugada tienen que volver después de que se produjeran de nuevo golpes en las puertas, por lo que les explican que se trata de "un caso de extorsión con el fin de desalojar el edificio".
Los hechos continúan la madrugada del día siguiente cuando se produjo un incendio "provocado" de la vivienda "mientras sus residentes se encontraban descansando", según explican los activistas, que han descrito que la entrada del edificio "ardía en llamas y cubría todas las zonas comunes con un humo denso e irrespìrable".
"Se puso en aviso a los servicios de emergencia, mientras algunos habitantes que allí se encontraban intentando sofocar el fuego como podían. Aparecen 5 minutos más tarde los bomberos los cuales acceden al edificio para realizar las tareas de extinción del incendio y ventilación del edificio", explican los denunciantes, que añaden que horas después fueron vistos en el patio trasero tres de las personas que "intentaron asaltar" el edificio el día antes.
Los residentes dicen sentirse "desamparados ante estas injusticias que atentan contra su vida y sus derechos humanos", según explican los denunciantes, que destacan que la zona se está convirtiendo en un lugar caracterizado por "la violencia y los desalojos ilegales".
