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La guitarra tiene nombre de mujer portuense: Ángela Zarzuela

La joven, que comenzó a tocar la guitarra con ocho años, acaba de ganar el I 'Certamen de guitarra con nombre de mujer' en El Puerto

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A sus 17 años, Ángela Zarzuela solo tiene palabras de agradecimiento hacia sus padres, quienes la apuntaron al conservatorio  como cualquier actividad extraescolar más  sin saber que su decisión marcaría un antes y después en su vida . Años después y acompañada de su fiel instrumento, la joven portuense cursa el grado de enseñanza artística superior de guitarra flamenca   donde está descubriendo otros ámbitos y perspectivas como la fusión con jazz o  guitarra moderna.

¿Qué supone para ti haber ganado este premio?

– Un extra de motivación, de energía, significa que voy por el camino correcto y que estoy haciendo las cosas bien.  A todos siempre nos hace falta ver resultados y ver que el esfuerzo da frutos. Esto me da confianza y un subidón para el día a día. ¿Cuántos años llevas tocando la guitarra? –Llevo tocando desde los 8 años.

¿Qué palo te gusta más tocar?

–Me gustan todos, cada uno tiene su sello, es verdad que me siento muy cómoda con las alegrías, pero sin duda los toques libres, donde me puedo recrear más, los disfruto mucho.

¿Cómo fueron tus comienzos?

–Mis dos hermanas tocaban  instrumentos y desde pequeñas mi  madre nos  metió en el ámbito musical como cualquier actividad extraescolar, sin saber dónde me llevaría a mí eso.

El amor por el flamenco, ¿viene de familia?

–No, nadie en mi familia se dedica al flamenco. En mi casa había una guitarra de mi tía Sandra, que acompañaba canciones en misa. Aunque, pensándolo bien, mis abuelos por parte de madre, sobre todo mi abuelo Luis era muy aficionado al flamenco. Interpretaste dos piezas en el certamen, podrías explicarnos tu elección –Interpreté  unas alegrías de Paco de Lucía, La Barrosa. Y una composición propia, fue la primera vez que presentaba al público algo mío. Elegí este repertorio porque, con estas alegrías , una obra emblemática que nos dejó Paco entre tantas, siento una conexión especial, le tengo mucho respeto pero la disfruto muchísimo tocando, tal vez porque son alegrías, las alegrías de Cádiz, o porque La Barrosa, me recuerda a Cádiz y sus playas. Con mi composición tenía algunas dudas, no sabía cómo iba a ser la aceptación, si la iban a entender... Con ella me muestro tal y como soy,  abro mis sentimientos.  Y mira fue un acierto. Será la primera y no la última, la verdad que cada vez me llama más la atención el mundo de la composición y mostrar mi forma de sentir.

¿Cómo fue el proceso creativo?

– En esta composición, me salieron primero las melodías y ya  después  fui armonizando.  Un proceso lento, en el que de una hora componiendo te quedas con una frase, poco a poco. Después nunca se está al 100% contento con el resultado,  siempre hay cosas que quieres intentar hacer de otra forma...

Todo el mundo tiene influencias a la hora de componer, ¿cuáles son las tuyas?

–Me inspiro en mucha gente. Me gusta el peso de los maestros anteriores, pero también los motivos modernos que dan aire nuevo. Intento nutrirme de todo y luego quedarme con lo que más me gusta y más se adapta a mí.

¿Era el primer concurso al que te presentabas?

–No, me presenté antes a un concurso en Córdoba en 2019, que organizaba el conservatorio profesional de música ‘Músico Ziryab’. Un concurso que marcó muchísimo. Yo en ese momento estudiaba en el conservatorio de Jerez ‘Joaquín Villatoro’, estaba en 4º de profesional, y cuando me presenté al concurso y vi el ambiente,  el toque de la guitarra en Córdoba... Me conquistó algo, quería seguir ampliando mis estudios allí. Algo que pude llevar a cabo, gracias al apoyo como siempre de mis padres que no dudaron en brindarme la oportunidad una vez más. En 2020, hice el traslado de matrícula al conservatorio de Córdoba, tenía unos 15 años. Un esfuerzo y un sacrificio por parte de mis padres increíble  del que siempre estaré agradecida. El año pasado,  acabé el profesional e hice las pruebas para el superior de guitarra flamenca, me presenté en Barcelona, en la ESMUC, y me llevé la plaza que ofertaban. Otra visión de la guitarra flamenca, donde también encuentro fusiones con jazz,  guitarra moderna... Y otros ámbitos que me encantan y que me aportan muchísimo musicalmente.

Imagino, entonces, que este no será tu último concurso...

–Imaginas bien.  Pienso presentarme a todos los que pueda. Es una experiencia increíble. Te permite conocer a gente nueva, compartir momentos con l@s otr@s guitarristas, coger experiencia y tocar delante de un público que es lo que realmente a mí me llena.

 ¿Crees que existe desigualdad de género en este sector?

–Sin duda, es una realidad con la que tenemos que vivir todas las mujeres, y sobretodo en el mundo flamenco.  Es tradición y me temo que debido a las épocas pasadas. Esto no me asusta, me motiva aún más y me sirve de inspiración. Por suerte, las cosas ya están cambiando.

¿Cuáles son tus referencias?

–No puedo ceñirme a una en concreto, me gusta escuchar a todo el mundo, de distintas épocas  y coger lo que más me gusta de cada uno. Pero Paco de Lucía, siempre es la guía, la luz, el camino, la inspiración...

¿Qué harás con el premio? ¿Lo invertirás en tu música?

–Siempre, mis padres han confiado y arriesgado mucho por mí y mis estudios y me parece que estas ocasiones son perfectas para compensarles, por  todo el esfuerzo, también, económico que han hecho.

Te ha felicitado mucha gente...Entre ella el alcalde, ¿no?

–Le agradezco mucho a mi alcalde, Germán, las felicitaciones y siendo yo Portuense, eso me emociona mucho, así como a todo el personal de la Peña ‘El Chumi’, que les estoy muy agradecida, el jurado, compuesto por David Cruz, Antonio Villar, Nazaret Cala, tuvieron palabras preciosas... Aunque me quedo con la felicitación y las caras de mis padres al terminar, ellos son un pilar fundamental.

El certamen se llama ‘Guitarra con con nombre de mujer’, ¿la tuya tiene algún nombre?

–No, la verdad que nunca lo había pensado, pero de momento no tiene ningún nombre.

¿Cómo calificarías el nivel?

–Bastante alto. De hecho, este verano pasado asistí a un concierto en el que tocaba una de las participantes que participó en el certamen. Todo un reto para mí. También  me reencontré con compañeras, con las que estudié en Córdoba, que son increíbles.

¿Crees que tocar así la guitarra es un don o fruto del esfuerzo?

–Yo creo en el esfuerzo, la constancia y echarle horas. Todo lo demás puede sumar más o menos, pero sin trabajo duro no hay resultados. ¿Cuántas horas empleas al día? –Todas las que se pueda (risas). Siempre son pocas, siempre hay cosas que mejorar y aprender. 

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