Tal y como indicó el alcalde, José María González, Kichi, los residentes de la zona de los Patios de La Tacita de Plata, en la trasera del hospital Puerta del Mar, conocen el proyecto. La presidenta de la asociación de vecinos, Carmen Angeriz, lo confirma y asegura que, casi de manera unánime, se saluda la iniciativa porque las viviendas, entregadas en 1938 sobre un terreno adquiridos por la ciudad, presentan un delicado estado con humedades, hundimientos de solería y desprendimientos, así como una difícilmente soportable falta de accesibilidad, al no contar con ascensores y una población de avanzada de edad en muchos casos.
Sin embargo, apunta que existen dudas en cuanto a la letra pequeña sobre los realojos previstos y las condiciones de los precios de los alquileres en las que los vecinos volverán al barrio.
En este sentido, recuerda que muchos de ellos han estado pagando IBI, aunque no les correspondía, o tuvieron que costear el arreglo de alguna de las fachadas de los bloques.
También les preocupa perder la esencia de la zona, pero el proyecto presentado “es bonito” y, sobre todo, “falta nos hace”, admite.
