La Fiscalía ha mantenido su petición de 33 años de prisión para el hombre acusado de matar de un disparo a un joven que entró, junto a otras tres personas más en su cortijo, situado en el término municipal de Arenas del Rey (Granada), en busca de una plantación de marihuana. Es la misma pena que interesa en sus conclusiones definitivas sobre el mismo caso para un trabajador contratado para cuidar la finca, que se enfrentaba inicialmente a 26 años de cárcel.
Ambos están en prisión provisional por estos hechos, por los que también se sienta en el banquillo, en un juicio que ve con jurado popular desde el pasado lunes la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada, la mujer del primero, para la que la Fiscalía ha mantenido su petición de pena de 26 años de prisión.
Para el dueño de la finca, que declaró ante el tribunal que cuando llegó al cortijo ya "había pasado todo", la Fiscalía pide en sus conclusiones definitivas, según ha sabido Europa Press en fuentes del caso, 20 años por la presunta comisión de un delito de asesinato, diez por otro de tentativa --dado que disparó a otro hombre que no murió--, y tres por tenencia ilícita de armas largas, una solicitud que ahora hace extensiva para el encargado de la finca.
Él inicialmente se enfrentaba, en los mismos términos que mantiene para la acusada, a una petición de 17 años de prisión por la presunta comisión de un delito de asesinato y de nueve por la supuesta tentativa al otro hombre.
En sus conclusiones definitivas, las fiscales, a las que se suman las acusaciones particulares, mantienen que "se concertaron e idearon un plan" para "acabar con la vida de las personas ajenas a la finca que intentasen acceder a la misma" proveyéndose de un rifle y una escopeta con sus municiones.
Fue en la madrugada del 11 de octubre de 2019, cuando, según este relato, cuatro hombres acudieron a bordo de una furgoneta a las inmediaciones del cortijo 'Los Sevillanos', en un paraje próximo a la orilla del pantano de Los Bermejales, adonde se acercaron con el fin de hacerse con "la marihuana allí existente, desprovistos de armas de fuego".
Alertado por los ruidos, el guarda habría avisado al que era el principal acusado al inicio del juicio, en tanto la Fiscalía le consideraba el supuesto autor material del disparo por la espalda que acabó con uno de los jóvenes.
En las conclusiones definitivas, tras el desarrollo de la vista oral desde el lunes, que concluirá con la lectura del veredicto del jurado, no especifica más que "le dispararon por la espalda con el rifle", impidiéndole a la víctima igualmente "repeler eficazmente el ataque sufrido, consiguiendo alcanzarle y darle muerte".
El propietario señaló en su declaración que, a su llegada a la finca, después de que lo avisara el trabajador unos 15 o 20 minutos antes, este joven estaba herido, que llegó a hablar con él, y que, junto al encargado, que estaba en "shock", hicieron por meterlo en una furgoneta con unas mantas, pero no "liadas" en torno al cuerpo, con la idea de trasladarlo al hospital.
Sin embargo, explicó que, después de apartar la escopeta y el rifle que habrían llevado los asaltantes junto a la carretera, y llegar a la puerta del cortijo, donde estaba su mujer --que lo había trasladado porque él tenía una luxación y a la que también desvinculó de los hechos--, y la Guardia Civil, esta habría dado orden, según su testimonio, de que la furgoneta no fuera hacia el hospital sino que volviera.
"Me están acusando de algo que no hice", mantuvo para añadir que, que él supiera, "no había ninguna marihuana en el cortijo", y que al parecer el encargado habría sido atacado por los asaltantes, uno de los cuales fue el posteriormente fallecido, mientras otro resultó herido. Negó plan alguno para matarlos, ni que quisieran deshacerse del cadáver.