“Los lazos de amistad, de comercio, de turismo y culturales entre México y Arizona se ven seriamente afectados por este tipo de legislación”, dijo Calderón en una reunión del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior.
La legislación aprobada recientemente por Arizona, Estado fronterizo de gobierno republicano, permite a la policía detener a cualquier persona que sospeche pueda ser un inmigrante ilegal.
Calderón resaltó que los inmigrantes mexicanos “han contribuido al desarrollo y la prosperidad de Arizona” y exigió “un trato respetuoso para los migrantes en EEUU”.
El gobernante dijo que ese asunto “estará presente” cuando se reúna con el presidente estadounidense, Barack Obama, y en el Congreso de EEUU en mayo.
Calderón anunció que ha dado instrucciones a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a los consulados de México en EEUU, particularmente a los cinco que hay en Arizona, para que “redoblen sus acciones de asistencia y protección consular”.
El gobernante reconoció que la dureza de la crisis global originó un escenario difícil para EEUU y México, cuyas economías están muy conectadas, lo que afectó especialmente a los trabajadores migrantes y al envío de remesas, segunda fuente de ingresos para la república mexicana.
Calderón mencionó también que México es, asimismo, un país destino de la migración, tanto final como aquella en tránsito hacia EEUU.