Este martes, 21 de marzo, se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down. Una fecha, que dejará de celebrarse el día que no haga falta luchar contra las barreras y estereotipos que dificultan la inclusión de las personas con diversidad funcional; que además de tener un cromosoma extra, tienen mucho que aportar a la sociedad. Y es que valor, ganas y simpatía no les faltan. Pese a todos los prejuicios que puedan todavía existir. De hecho, muchas de ellas tiene a sus espaldas un gran historia de éxito, trabajo y superación como la del gaditano David Díaz Sánchez, que actualmente reside en El Puerto.
A David tener un cromosoma más no le limita, ni a nivel personal, ni social y mucho menos laboral. Más bien todo lo contrario. Es proactivo y muy competente en todos los ámbitos, le encanta a ayudar a los demás y aprender cosas nuevas. Además, su simpatía cala en todo aquel que le rodea. Tanto es así, que llena de positividad y energía, incluido el ambiente laboral. De hecho, es una de las características que destaca la única y última empresa que le contrató como camarero, profesión que quiere desempeñar en un futuro para así, poder independizarse, casarse y formar una familia. Y es que los niños, son otra de su perdición, con la llegada de su sobrino no piensa en otra cosa. "Me encanta jugar con él, cuidarlo, lavarle y hacerle la comida; lo mejor que se me da es hacer sándwiches". Y es que desde Apadeni, Inma nos cuenta que "aunque tenga alguna dificultad, David es todo un ejemplo de esfuerzo y constancia. Cuando iba a trabajar a la cafetería de la Universidad de Puerto Real, utilizaba el transporte público en muchas ocasiones. Tiene mucha disciplina, es muy independiente, aunque en algunas ocasiones requiera ayuda, obedece siempre las instrucciones, cuando se le dice que hay algo que tiene que mejorar se esfuerza en conseguirlo, tiene mucha curiosidad, ante cualquier problema o dificultad siempre busca una solución y, sin duda, tiene un don para comunicarse...Aunque a veces se enfada y saca el niño que todos llevamos dentro, en seguida se le pasa y lo reconduce.", explica entre risas. Y es que para Inma, el más predispuesto siempre es él, sobre todo los martes cuando llega la hora de preparar las cosas en el comedor. Algo que sin duda, es obra de ls excelente labor que desempeñan en Apadeni pero también de su familia, en concreto de sus padres, que desde el momento uno no han optado por sobreprotegerle con el único objetivo de que el día de mañana pueda valerse por sí mismo.
Y es que para Díaz, con 33 años de edad, haber trabajado como camarero "es un sueño", que espera que pronto se vuelva a cumplir. "Quiero y puedo trabajar. Yo me pongo mi delantal y ya está", nos dice. Aunque, según nos cuenta Inma, "está complicada la cosa". "Lo hemos intentado en septiembre y con la reforma laboral nos han dicho que no pueden. Hay compañeros en ERTE que los tienen que reincorporar antes".
El joven es el primero y el único, de los 18 alumnos en Apadeni, que ha conseguido un contrato laboral. Una experiencia, que le ha dignificado, demostrando que es capaz de hacer todo lo que se proponga. Aunque, "hacer el nudo de la basura" fuese para él "lo más complicado". Durante los cuatro meses que duró el contrato con la empresa, antes de la pandemia, aprendió a cobrar, poner la mesa, fregar, barrer, colocar los cubiertos, coger comandas y atender algo que, nos confiesa, le encantaba.
Se calcula que en España hay unas 33.000 personas con este síndrome; de las cuales sólo el 5% trabajan en empresas ordinarias. Un porcentaje, que intentan aumentar asociaciones como Apadeni que se ha propuesto seguir avanzando, de la mano de su directora Inmaculada Arminio, en la inclusión de las personas con diversidad funcional en el ámbito social, personal pero sobre todo laboral. Algo que las empresas ponen bastante complicado. Bueno, las empresas y la reforma laboral: "No es fácil. Y más aún con la reforma laboral que dificulta todavía más las cosas para las personas con diversidad funcional. Si ya es muy difícil que una empresa te contrate para una función nada más -a las personas con diversidad funcional les cuesta ser multifuncionales-, después de la reforma laboral lo es más aún porque a los tres meses ya te tienen que hacer indefinido. Y las empresas no reciben la bonificación del 100% de los seguros sociales hasta el año", cuenta Inma.