La mañana del Viernes Santo volvió a ser una jornada grande de la Semana Santa de Cádiz, a pesar de que no se consigue arreglar la madrugada. Las calles de la ciudad se llenaron de gente a primeras horas del viernes Santo, que no querían faltar a la cita con las cofradías de Nazareno y Perdón. Fue un día lleno de matices y de escenas para todos los gustos.
Durante la Madrugá, como viene siendo habitual en los últimos años, una vez que Afligidos, Oración en el Huerto (que este año no salía) se recogían, se hacía la desbandada en la carrera oficial. Pero este año, la ciudad parece haber tomado la iniciativa de recogerse con Afligidos y Medinaceli y retirarse a descansar para salir de nuevo el viernes Santo por la mañana.
Fue la sensación que dio cuando a cierta hora de la madrugada, no había ni un alma por determinadas calles de la capital y sin embargo, en las entradas de las dos citadas hermandades, un público recién salido de casa, se dio cita en torno a primeras horas de la mañana, dando la sensación de que volvían a la calle después de una clara retirada de descanso.
La Hermadad del Nazareno cogió la calle Santa María, Jabonería, San Juan de Dios, Plaza de San Juan de Dios, Avda. 4 de Diciembre de 1977, Cristóbal Colon, Nueva, Plaza San Juan de Dios, Pelota, Plaza Pio XII, (Estación de Penitencia en la S.I.C.), Arquitecto Acero, Plaza de Pío XII, Compañía, Santiago, Plaza Candelaria, Montañés, Palillero, Novena, Barrie (Drcha.) Beato Diego de Cadiz, San Francisco (Drcha.) y Plaza San Agustín. A partir de ahí las calles de casi todo el centro se quedaron vacía. Pero fue en las calles Mirador, Publico, y Concepción Arenal, cuando la gente pareció haberse echado de nuevo a la calle hasta que a las 6:45h el Señor de Cádiz se recogió con un número muy importante de gente en la zona.
Igualmente y con las mismas ganas de cofradías ocurrió en torno a las 08:00h., cuando la plaza de Fray Félix se llenaba en demasía arropando al Stmo Cristo del Perdón en su concurrida recogida.
No parece haberse arreglado los problemas de la madrugada, pero por el contrario, parace haberse descubierto una nueva forma de ver las cofradías; esperar que llegue la mañana descansado y con aires de viernes Santo.
