Fundación Bancaria Unicaja inició el pasado 4 de mayo los talleres de Arteterapia, un proyecto encaminado a promover el desarrollo de iniciativas socioeducativas que impulsen la integración social y el bienestar de los colectivos con necesidades especiales, tanto en la edad infantil como adulta.
Hasta el momento, el Museo Unicaja Joaquín Peinado había albergado estos talleres, que este año empiezan a impartirse en el nuevo Centro Fundación Unicaja Ronda, “destinados a la sociedad rondeña, tanto en el ámbito infantil como adulto, que presentan diferentes capacidades”, como explica Rafael Valentín López, responsable de Artes Plásticas de Fundación Bancaria Unicaja.
En esta ocasión, los talleres van dirigidos a menores con déficit de atención, autismo e hiperactividad, y mayores con principio de Alzheimer, demencia senil u otro grado de dependencia.
En función del número de usuarios que asistan a las diferentes sesiones, entre 15 y 20 por taller tanto en infantil como en adultos, la institución estima que entre 150 y 170 personas se beneficiarán del programa en Ronda, 600 en total si se suman los usuarios de los talleres que se celebran de forma simultánea en el Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares de Málaga y el Centro Fundación Unicaja de Cádiz hasta junio.
Durante las sesiones, los participantes trabajarán el autoconocimiento, el ‘yo interior y exterior’ y las relaciones a través de juegos y experiencias vitales, con el objetivo de que sean capaces de reconocerse, expresar sus emociones y comunicarse con su entorno. “La mecánica de los cursos, que han sido diseñados por coordinadores especialistas y arteterapeutas titulados, es trabajar en la mejora cognitiva, la socialización de las personas, la recuperación de sus recuerdos y la capacidad motriz de las mismas”, apunta el responsable de Artes Plásticas de la institución.
En los talleres ‘Jugando a ser artistas’, los niños y las niñas trabajarán con el universo íntimo, las emociones, el juego y la expresión artística para descubrir y potenciar sus capacidades y habilidades personales y de relaciones con su entorno más cercano. Además, realizarán talleres de cocina, música, expresión corporal y coordinación motora.
En ‘Historias de una vida’, las personas mayores trabajarán con la memoria y sus historias vitales con el objetivo de descubrir emociones, recuerdos y habilidades que han experimentado a lo largo de sus vidas, a través de cuentos, leyendas e historias orales transmitidas de generación en generación, “todo enfocado a esa mejora cognitiva respecto al mantenimiento de la memoria, las capacidades motrices y la mejora de la autoestima a través de estos talleres y de estos trabajos artísticos que se van realizando”.
La institución ha diseñado cinco talleres específicos para los menores y otros cinco para los mayores, y una última sesión común, una jornada de convivencia en la que se integrará a ambos colectivos acompañados de sus familiares, ideada para que niños y adultos compartan experiencias utilizando el juego como nexo de unión y que finalizará con la creación de un gran mural artístico “a infinidad de manos”.
En el caso de los talleres infantiles, el ‘leitmotiv’ es ‘Jugando a ser artistas’ con sesiones como ‘Jugando en equipo. Juegos de autoconocimiento y comunicación’; ‘Pinto mis emociones. Me retrato y te retrato’; ‘Autoconocimiento y expresión artística’; ‘Jugando con la comida’, un taller de cocina, y ‘Bailamos’, taller de música, expresión corporal y coordinación motora.
Para los adultos, bajo el título ‘Historias de una vida’, se ha diseñado un programa de sesiones en las que se abordan las diferentes etapas de la vida, la infancia, la adolescencia, la época del trabajo, las antiguas comunicaciones, “ese ir y venir de la propia vida como una metáfora a través de los diferentes medios de comunicación que han utilizado las personas mayores a lo largo de su vida y la evolución de éstos”, apunta Rafael Valentín López, “haciendo que la memoria despierte”.
Los talleres se centran en ‘Mi infancia. Los juguetes de entonces y la escuela’; ‘Mi adolescencia’, con un taller de cuentos y teatro; ‘El trabajo, los oficios de antaño, máquinas y herramientas’; ‘Las comunicaciones’, y ‘Los trajes y vestimentas’.
El objetivo de estos talleres es “mejorar la socialización entre ellos además de las capacidades motrices, que poco a poco se van perdiendo, y la expresión a través del baile”, entre otras dinámicas.
Para seleccionar a las personas que participan en estos talleres, los coordinadores y monitores han estado en contacto con las diferentes asociaciones y colegios para buscar los perfiles más adecuados, hasta completar un total de 15 o 18 personas por taller como máximo “que son los que se pueden asumir para que sea verdaderamente útil lo que se pretende”.
Los profesionales que imparten las sesiones de Arteterapia son un monitor -arteterapeuta titulado- por cada taller, además de un equipo de coordinación de cuatro personas, y profesionales del Área de Artes Plásticas, que ha coordinado los cursos, más el apoyo que se les brinda desde los distintos centros de la institución.
Los resultados de los talleres de Arteterapia son visibles tanto en niños como en adultos, “se les nota la mejoría, sobre todo en cómo socializan, es emocionante, porque te das cuenta de que verdaderamente es útil. El feedback que ellos te trasladan es inmenso. Es de los proyectos más gratificantes que se han afrontado desde Fundación Unicaja”, asegura Rafael Valentín López, “ves la enorme mejoría que experimentan por tratar con pintura, por recordar, bailar, todo el contacto con las artes y la libertad con la que lo hacen, porque no hay cortapisas, y lo mejor que hay en el arte es la imaginación, que es inabarcable. Se hacen cosas sorprendentes”, concluye.
La iniciativa nació en el año 2011 en el Museo Unicaja Joaquín Peinado y se expandió a los demás centros de la fundación, tras conocer a través del Gabinete Pedagógico del propio museo las innovadoras propuestas en torno a la Arteterapia como herramienta de dinamización social y de apoyo a diferentes colectivos que presentaban problemas de diversa índole. Fue entonces cuando se pusieron en marcha los talleres, tras contactar con uno de los primeros arteterapeutas que existían en España, residente en Ronda, y organizar el primer curso de formación para arteterapeutas con una gran acogida, logrando así iniciar una actividad que ha perdurado en el tiempo.