La enorme bombilla que remata la esquina de las calles Novena y Barrié ha vuelto a su lugar. Obra protegida de Antonio Accame (1869-1952), artista multidisciplinar considerado por muchos como el mejor artesano del Carnaval de Cádiz.
La bombilla formó parte de una carroza del Carnaval de 1.933 y gustó tanto que se aprovechó como elemento publicitario, pasando a convertirse con los años en un “símbolo” del centro gaditano.
En septiembre causó cierto revuelo su “desaparición”, aunque enseguida se conoció que el motivo no era otro que restaurarla aprovechando el arreglo de la propia fachada del edificio que la acoge.
Pues bien, tras pasar por el taller de Imaginarte Creaciones la bombilla más famosa de Cádiz ya está de nuevo “en casa”, en su esquina de toda la vida, donde espera ser centenaria viendo cómo turistas y curiosos la fotografían a diario.
Eso sí, regresa con un cambio en su estructura: la leyenda “Basic” ha sido sustituida por “Barrié”, una de las calles que la acoge.