Don Felipe, acompañado de doña Letizia y en presencia de la Reina, ha presidido en el Teatro Campoamor de Oviedo la ceremonia de entrega de la trigésima edición de los Premios Príncipe de Asturias.
En presencia de los galardonados con los ocho galardones, el Príncipe ha dicho que tiempos de crisis como el actual exigen dar un "mayor vigor e impulso" a la vida pública, renovar comportamientos y cambiar actitudes".
"Generemos otra vez ilusión y confianza en proyectos que nos integren y cohesionen cada día más", ha recalcado el Heredero de la Corona, antes de defender la importancia de la moderación, la ética y el fortalecimiento de las instituciones, "porque a través de ellas se pueden y deben articular las soluciones que esperan los ciudadanos".
Tras pedir la unidad de los españoles en torno a estas convicciones, ha señalado que el ejemplo de anteriores generaciones debe servir de acicate para que los ciudadanos de hoy demuestren que pueden "volver a ser ejemplo de capacidad, superación y grandeza".
"Lograremos construir así, con ilusión, una economía más competitiva y eficiente, que no rehuya el riesgo de emprender e innovar", capaz de generar empleo, y "una sociedad solidaria e inclusiva, en la que tantas personas sin trabajo sepan que su situación es tan solo transitoria, nunca una desesperanza sin final", ha añadido el Príncipe.
En nombre de los premiados, Amin Maalouf, Premio de las Letras, ha advertido "con pena" de que el siglo XXI será "de retroceso ético", aunque tenga progresos científicos y tecnológicos, ya que "se recrudecen las afirmaciones identitarias", violentas y retrógradas "en muchísimas ocasiones", y "se debilita la solidaridad entre naciones y dentro de las naciones".
También en que "pierde fuelle el sueño europeo", se "erosionan los valores democráticos" y se "recurre con excesiva frecuencia a las operaciones militares y a los estados de excepción".
El sociólogo polaco Zygmunt Bauman, que comparte el Premio Príncipe de Comunicación y Humanidades junto a su homólogo francés Alain Toruaine, ha alertado además de que las ideologías son "densos velos" que hacen que las personas miren "sin llegar a ver".
En este contexto, ha señalado que Miguel de Cervantes fue el "padre fundador de las humanidades" porque fue el primer autor que trató de despedazar "los velos hechos con remiendos de mitos, máscaras, estereotipos, prejuicios e interpretaciones previas", como expuso el escritor Milan Kundera.
Touraine ha reconocido la deuda que mantiene con la cultura hispánica y los fuertes lazos que le unen con todo el mundo latino, antes de que el entrenador de la selección española de fútbol, Vicente del Bosque, tomase la palabra y afirmase que el equipo galardonado con el Premio de los Deportes ha hecho de "la modestia un arma tan poderosa como su mismo y arrebatador juego".
A su juicio, "la selección que hoy recibe el Premio Príncipe de Asturias es depositaria de unos valores que van más allá de los éxitos puntuales y de su materialidad, y es, también, legítima heredera de una tradición que nos honra".
"Esos valores tienen carácter imperecedero y perfil determinante", ha afirmado Del Bosque en alusión al "esfuerzo, el sacrificio, el talento, la disciplina, la solidaridad y la modestia".
El técnico salmantino ha recibido una prolongada ovación junto a los diez jugadores campeones del mundo que le acompañaron sobre el escenario al recibir el galardón y se ha saltado el protocolo al incorporar al ex seleccionador Luis Aragonés para que saludase al público junto a los futbolistas.
En este escenario también han recogido sus galardones Manos Unidas (Concordia), el equipo arqueológico de los Guerreros de Terracota de Xi'an (Ciencias Sociales), los bioquímicos David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins (Investigación) y The Transplantation Society y la Organización Nacional de Trasplantes (Cooperación Internacional).