Con la llegada de septiembre parece que el verano ha llegado a su fin... o eso parece, porque en Cádiz, como dicen sus vecinos: "Aquí el verano no se va; aquí es todo el año. Tenemos esa suerte, ¿qué le vamos a hacer?". Aunque el calor persiste, lo que sí empieza a desaparecer son los veraneantes. "Se ve mucho movimiento de maletas, la verdad es que se nota bastante", comenta una vecina gaditana, que añade que su bloque de pisos ha quedado prácticamente vacío por el fin de la temporada de alquileres vacacionales.
Aunque no a todos, septiembre es el mes de los chollos, y algunos lo saben muy bien. "Siempre venimos en esta época porque es la mejor: hay menos turistas y los precios son mucho mejores. No es cuestión de inteligencia, más bien de necesidad. La pobreza agudiza el ingenio", comenta entre risas un turista madrileño mientras pasea por el Paseo Marítimo de Cádiz acompañado de su mujer.
Menos gente en los bares y restaurantes, donde este verano, como apunta una vecina, "no cabía ni un alma". "Hasta para tomarte una cerveza tenías que reservar."Este ha sido uno de los veranos más duros que hemos tenido", añade la camarera de la pizzería 'Slice', ubicada en pleno Paseo Marítimo. Una experiencia que también confirma otra trabajadora, esta vez del restaurante 'La Atrevida'. "Al principio, sí teníamos reservas", explica, "pero pronto nos dimos cuenta de que era mejor establecer un primer turno de reservas de 21:00 a 21:15, y después llenar las mesas por orden de llegada".Una estrategia que ha garantizado un mejor flujo de clientes en uno de los veranos más intensos que recuerdan. De hecho, varios restaurantes de la zona se han sumado por primera vez a esta práctica, para poder hacer frente a la gran afluencia de visitantes. Allí, ahora, las reservas vuelven a ser la norma. "Todo vuelve a la normalidad", confirma la misma camarera. Un alivio para los gaditanos, que pueden disfrutar de sus bares y playas con menos aglomeraciones y sin el bullicio del verano. "Ahora es nuestro turno", afirma un grupo de residentes, satisfechos de recuperar el paraíso y remanso de paz que, para ellos, es lo habitual.
"Ahora nos toca disfrutar a los gaditanos, sí señor, a los gaditanos. Aunque no me molestan los turistas; de hecho, son muy necesarios. Vivimos de ellos gran parte del año. La economía tiene que moverse. Por suerte, Cádiz está de moda y cada vez vienen más", afirma una señora junto a su amiga mientras observa la playa y la señala. Sin embargo, otro señor no está tan de acuerdo. "Ahora se está de maravilla, no hay comparación, especialmente en la playa, donde ahora sí hay separación. No te enteras de lo que te dice el de al lado. Yo soy anti niños, y para mí es una maravilla no tenerlos cerca", nos dice con una sonrisa. Un periodo que habrá que aprovechar hasta que llegue el próximo verano. "Porque los que han venido esta vez volverán el año que viene, y con más gente, después del verano fantástico que hemos tenido, sin levante", comenta una residente. Y no es para menos. Como señala una mujer de mediana edad, "en Cádiz hay que morir, hay que morir". Amén.
