Hoy ha sido una jornada marcada por los paros en todos los astilleros de Navantia en España. La plantilla, en protesta por la falta de un nuevo convenio colectivo—en situación de prórroga desde 2022—y la necesidad de un plan estratégico, ha celebrado asambleas y paros de dos horas, una acción consensuada a nivel intercentros. En el astillero de Puerto Real, donde alrededor de 400 trabajadores han respaldado la asamblea, el comité de empresa enfatiza que este plan es fundamental para el futuro de la factoría.
La principal demanda es asegurar carga de trabajo para el astillero y garantizar la continuidad de la construcción naval, una actividad que, desde el anterior plan, ha experimentado un cambio hacia la eólica marina.
El presidente del Comité Intercentros de Navantia, Arturo Martínez, ha declarado: "La eólica aporta carga de trabajo, pero lo que está aportando es una carga de trabajo que no está acorde con este astillero, que cuenta con una planta moderna y unas instalaciones de primer nivel para la construcción naval. Sobre todo, lo que estamos defendiendo es que no se hipoteque el dique exclusivamente para eólica marina flotante, impidiendo la construcción naval al mismo tiempo. Una cosa no es incompatible con la otra. Lo llevaremos donde tengamos que llevarlo". Para que no ocurra esto, proponen desde el comité de empresa un muelle offshore en una zona actualmente ociosa del astillero.
Una idea que se suma al manifiesto que el comité de empresa ha llevado a cabo y que, a día de hoy, cuenta ya con el apoyo del 80% de los agentes sociales y políticos de la Bahía de Cádiz.
Respecto al convenio, el Comité Intercentros ha forzado un calendario de negociaciones con el objetivo de firmar antes de final de año, con vigencia hasta 2027. Según Martínez, lo que buscan es "recuperar la pérdida de derechos".
Los trabajadores advierten que, si la dirección de Navantia mantiene su postura inmovilista, las movilizaciones se intensificarán. Además, recalcan que el astillero necesita al menos 200 empleados más para abordar la construcción naval, una necesidad que, critican, la dirección conocía desde hace años.
