Un ayudante del presidente que pidió el anonimato dijo a Efe que Saleh sufrió heridas en la parte posterior de la cabeza por las esquirlas de un proyectil que alcanzó una mezquita en el interior del complejo presidencial, donde fue tratado el mandatario.
Un comunicado oficial, publicado por la agencia de noticias estatal Saba y que cita una fuente de la Presidencia, indicó que Saleh se encuentra "bien y en buen estado de salud", pese a las heridas sufridas, y reveló la muerte de tres de sus escoltas.
Poco después, falleció otro guardaespaldas por las heridas sufridas.
La nota explicó que "durante el rezo de hoy se perpetró un traidor ataque con un proyectil en la parte delantera de la mezquita justo cuando se encontraba allí el presidente acompañado de altos cargos del gobierno" y que sufrió heridas el imán del templo.
Según el asistente de Saleh, en el atentado resultaron heridos graves el presidente de la Cámara Alta del Parlamento, Yehia al Rai, y el gobernador de Saná, Neeman Duid.
Además, sufrieron lesiones leves el primer ministro, Alí Mohamed al Muyawar; el presidente de la cámara baja del Parlamento, Abdelaziz Abdelgani; el viceprimer ministro para Asuntos de Defensa y de Seguridad, Rashad al Alemi, y el secretario de Prensa de Saleh, Abdo Boryi.
Estos heridos fueron trasladados a un hospital donde se suele atender a altos mandos del Ejército y personalidades políticas.
El comunicado de Saba agregó que "los órganos competentes ya han iniciado investigaciones sobre la traidora y cobarde agresión que refleja la ira que guardan los conspiradores contra el pueblo, la patria, sus autoridades, la seguridad y la estabilidad del país".
En una rueda de prensa posterior, el viceministro de Información Abdu al Yenadi reiteró que "no hay nada que afecte a la salud del presidente, que se encuentra bien de salud".
Y agregó que la rueda de prensa que estaba previsto que Saleh diera hoy para hablar del ataque "ha sido retrasada debido a una contusión por lo que descansará hasta recuperarse y comparecerá ante el pueblo".
La cadena de televisión emiratí Al Arabiya, que citó una fuente del partido gobernante en el Yemen, el Congreso General Popular (PCGP), apuntó que Saleh se encuentra ingresado en un hospital del Ministerio de Defensa donde está siendo tratado; información que no ha sido confirmada oficialmente.
Por otro lado, Al Yenadi, que apuntó que los autores del ataque son "terroristas que desean el poder", subrayó que "la oposición política tiene derecho a criticar al presidente, pero no a atacarlo en una mezquita. Estos ataques provienen de conspiradores e instigadores".
Asimismo, informó de que los efectivos de seguridad recuperaron el control de todos los ministerios y establecimientos en poder de los milicianos del líder tribal opositor Saleh al Ahmar en el barrio de Hasaba, donde se encuentra su domicilio.
Por su parte, el Ministerio de Defensa acusó en un comunicado de estar detrás del ataque a los seguidores de Al Ahmar, dirigente de la tribu Hashed que se enfrentan a las fuerzas gubernamentales.
Sin embargo, la oficina de Al Ahmar negó en otra nota cualquier implicación en el atentado contra el palacio presidencial y acusó a Saleh de orquestar el ataque para justificar los bombardeos a las viviendas de su familia.
Y es que durante la jornada de hoy fue bombardeada la casa del hermano menor de Al Ahmar, Hamid, principal patrocinador de las revueltas contra Saleh, dijeron a Efe por teléfono testigos.
Los testigos señalaron que más de diez explosiones sacudieron hoy el barrio diplomático de Hedda en el sur de Saná, donde se encuentra el domicilio del hermano de Al Ahmar y cerca del complejo presidencial.
Los choques armados entre las fuerzas del régimen y los partidarios de Al Ahmar estallaron el 23 de mayo pasado después de que Saleh rechazara por tercera vez firmar una iniciativa presentada por los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para una transferencia pacífica del poder.
Por otro lado, en Taiz, en el sur, al menos cinco personas -tres reclutas de la policía y dos manifestantes- murieron y otras 27 resultaron heridas durante protestas, según fuentes del hospital militar de la ciudad, la segunda en importancia del país y principal centro industrial.
Fuentes de los servicios de seguridad apuntaron que las víctimas se produjeron por el impacto de misiles lanzados contra la policía por miembros de la tribu Seraeb, en represalia por el trato que reciben los manifestantes antigubernamentales por parte de los agentes del orden.