Con los pies en el suelo y la cabeza fría. Así afronta Gaizka Garitano el dulce momento que vive el Cádiz CF desde su llegada al banquillo. Son ya nueve las jornadas sin conocer la derrota de un equipo que actualmente ostenta la mejor racha de la categoría, pero “no podemos pensar que hemos hecho algo. Hemos demostrado que podemos competir contra cualquier equipo, hemos demostrado no ser menos que los rivales, pero no tenemos que perder la humildad. El día que corramos menos o que nos relajemos un poco no vamos a ganar”, subrayó el técnico en su comparecencia de este viernes.
La última victoria ante el Racing ha alimentado la ilusión de una afición que ha olvidado, por fin, los temores ante otro posible descenso. El vasco reconoció que “cuando ganas en casa del líder es un subidón. Además de los tres puntos la autoestima crece y también la confianza en lo que estás haciendo. El equipo está en un buen momento, pero aún no hemos hecho nada. Tenemos que tratar de seguir en esta línea o mejorar”.
Entre los aspectos a corregir, Garitano señaló la defensa del balón parado. “Creo que prácticamente no hemos encajado de jugada, todo ha sido de penalti, córner o falta. Estamos haciendo muchos goles a balón parado en ataque, pero en defensa podemos mejorar. Estamos trabajando en ello y lógicamente por estar ganando no podemos pensar que todo lo estamos haciendo bien, hay cosas en las que tenemos margen de mejora y la defensa del balón parado es una de ellas”, subrayó. Los goles, además, “han llegado cuando hemos ido ganando”, por lo que aún deben corregir “ese puntito de relajación cuando llevamos ventaja”.
El entrenador cadista tuvo buenas palabras para el Castellón, un equipo al que describió como “el más especial de la categoría a nivel de juego”. Los albinegros “están revolucionando la manera de jugar”, pues “son muy ofensivos. Tendremos que parar todas las fortalezas que tienen, que son muchas. Nos preparamos para un partido diferente y muy complicado”. Tanto es así que el míster aseguró que su equipo deberá “amoldarse a la manera de jugar” del rival, sin perder “nuestra propia personalidad”.