“Mi madre está que parece otra. Le han dado vida”. Eva Orihuela es la hija de María Muñoz, la vecina de El Pópulo que fue amenazada con el desahucio hace unos meses para utilizar la vivienda en la que había habitado los últimos 50 años con fines turísticos. Su caso puso nombre y rostro al creciente peligro de la turistificación, logrando movilizar a buena parte de la ciudad para hacer frente a esta amenaza. Y, como toda buena historia, halló un final feliz gracias a la intervención de la Fundación Cádiz CF, que adquirió la finca por 147.000 euros para seguir permitiendo a María vivir en ella a cambio de la misma renta que venía pagando, 92 euros mensuales. Así será durante el resto de su vida.
Eva aún se emociona al recordar lo vivido y sufrido en aquellos días de incertidumbre. Su madre pasó por un momento “en el que ya no quería hacer nada, hasta que no se arreglara no tenía ganas de nada”. Ahora, a sus casi 90 años, se encuentra “estupendamente” y está que “parece otra” gracias a la acción de la entidad cadista. “No tengo más que palabras de agradecimiento y mi madre igual. Han sido muy atentos, todo lo que diga es poco. Este caso me ha enseñado que hay gente mala, pero también hay gente buena que quiere ayudar a sus vecinos”.
La mujer no olvida el día en que recibió la llamada del Cádiz CF con la solución para detener el desahucio. “Ese momento fue increíble. Me llamó Pepe Mata en nombre de la Fundación, para decirme que se habían enterado del caso y que querían ayudar. Yo pensaba que organizarían un partido o algo así, pero cuando me dice que lo que quieren es ayudarnos comprando la casa... Me puse a llorar en medio de la calle, que hasta la gente me preguntaba si me había pasado algo”, rememora.
El propio presidente cadista acudió a la vivienda días después para confirmar a María que no tendría que moserse de su domicilio. “Ella aún lo dice, que a mí me ha dicho Manolo (Vizcaíno) que soy dueña y señora de esta casa”, señala Eva, que subraya que “me llamaron con la solución en la mano, no miraron ni la casa. Ellos venían a lo que venían, a parar el desahucio. Y a que mi madre se quedara por fin tranquila, como le dijo el presidente a ella”. Y tranquila y feliz disfruta María de su nueva vida en su casa de siempre.
Una historia de las que duelen
La historia de María Muñoz es de esas capaces de tocar la fibra a cualquiera. Un caso sangrante, de los que duelen. Y que, afortunadamente, encontró un final feliz gracias a la intervención de la Fundación Cádiz CF.
Este gesto propició que la entidad recibiese el premio a la mejor iniciativa social comunitaria en favor de los derechos de las personas mayores que concede la Fundación HelpAge International España, en colaboración con las fundaciones laCaixa y Rey Ardid. Por iniciativa del presidente cadista, María y su hija estuvieron presentes en la entrega del galardón el pasado septiembre en Zaragoza.
La historia, además de un amplio seguimiento mediático, tuvo eco incluso en el pasado Carnaval, pues el coro de Barbate La fábrica de chocolate dedicó un emotivo tango al caso, destacando los valores del Cádiz por encima incluso del desempeño deportivo del equipo. Y es que un club de Primera categoría es también el que se preocupa por sus vecinos.