Desde el próximo 1 de septiembre, Els Joglars representarán en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid esta obra, un musical que, según explicó ayer en rueda de prensa Boadella, sintetiza todos los aspectos artísticos y de contenido que ha mantenido esta compañía a lo largo de su trayectoria.
Sentido del humor para contar tragedias, junto a los aspectos satíricos, críticos, poéticos, la presencia de la música y la conexión con la realidad son, para Boadella, los ingredientes básicos de sus obras que se ven representadas en El Nacional, que ya llevó a escena con algunas diferencias en 1993.
En esa época, España vivió una crisis económica muy importante “casi tan peligrosa y arriesgada como la actual”, circunstancias en las que es difícil mantener “los grandes mamotretos operísticos” que “han hecho desaparecer la poesía del teatro” y que “se comen el 90 por ciento de los presupuestos escénicos de cualquier Estado” en Europa.
Dieciocho años después, Boadella vuelve a reclamar la recuperación de esa poesía: “conseguir lo máximo con lo mínimo, lo contrario de las grandes estructuras, con lo máximo, consiguen lo mínimo”.
Don José, un viejo acomodador del que fue Teatro Nacional de Opera, y que se encuentra en estado de ruina debido a la crisis, decide volver a ponerlo en funcionamiento. Para ello cuenta con una antigua mujer de la limpieza del coliseo que llegó a aprenderse las arias que escuchaba y con un grupo de músicos indigentes que tocan en el metro y que conformarán la orquesta.
La soprano Begoña Alberdi y el barítono Enrique Sánchez Ramos se han unido a Els Joglars en esta obra, que protagoniza Ramón Fontseré en el papel de Don José.
Además de Rigoletto, en El Nacional se interpretan fragmentos de otras óperas como La bohéme, Madame Butterfly o Aida.