“Elegí Filipinas para despedirme porque es la gran olvidada de España aunque el Plan Asia la coloque como objetivo prioritario de la ayuda a la cooperación.
Me pareció importante recordar los vínculos históricos con la ex colonia, que de por sí justifican un interés especial”, explica esta barcelonesa, que a sus 63 años sigue llevando el pelo del color rojo fuego que hizo inconfundible su imagen en televisión.
“Filipinas vive una gran paradoja. Por una parte, intenta avanzar en democracia y económicamente.
Pero por otra, tiene problemas de corrupción, pobreza y derechos humanos, con decenas de asesinatos extrajudiciales de activistas y periodistas”, explica de carrerilla Calaf, tras reconocer que rodó nada menos que 25 horas sobre la compleja situación del país en los 15 días que permaneció dentro de sus fronteras.