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Torremolinos

Diana Navarro, Turista de Honor 2008

Durante diez años consecutivos participó Diana Navarro en veintinueve concursos de copla, ganando diecinueve primeros premios

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Durante años, antes de saltar a la fama, estuvo ella vinculada como artista al municipio de Torremolinos. La dulzura de su cante nos deleitó a lo largo de ferias, veladillas y otros eventos. Con esa voz tan natural y envolvente no era posible que Diana Navarro continuara en la penumbra, sin llegar a ser siquiera figura de segunda fila. Los que la conocíamos en sus años de lucha por abrirse camino estábamos seguros de que algún día aparecería alguien inteligente que la lanzara al estrellato. Y ahí está hoy, figura de primerísimo orden, como corresponde, en el cénit del ancho firmamento artístico.

En 2008 nos premió Diana Navarro con el honor de aceptar ser nuestra Turista de Honor en Torremolinos. Ya el año anterior había sido elegida como Emperatriz del Campeonato de Baile de Europa, que oportunamente se celebra en el Palacio San Miguel, fastuosamente decorado como salón imperial para la ocasión. Diana cumplió su cometido como una auténtica emperatriz de la corte de la antigua Viena. En realidad poco tenía que envidiar a la más bella y elegante de las emperatrices.


Málaga se llenó de luz aquel 21 de abril de 1978, cuando Diana Navarro Ocaña esbozó sus primeros y anticipados pinitos del cante, esos dulces lloros y balbuceos, música celestial para nuestras madres, con que todos celebramos la venida al mundo. Su llegada alegró el seno de la modesta familia, de la que Diana era la menor de cinco hermanos. Ya desde muy niña cultivó ella la flor del cante, hoy jardín de las delicias musicales. Con solo nueve años ya formaba parte substancial de un coro folklórico que llevó sus glorias hasta la ciudad canadiense de Quebec. Durante siete sonoros y floridos años le fue el coro genuina escuela. Al respecto comenta Diana: “Aprendí muchísimo. Desarrollé mi intuición musical y parte del mérito de mi afinación viene de ahí. Fue mi escuela, viajaba por toda España y era feliz”.

Durante su permanencia en el coro conoció Diana a otros grupos musicales, de corte pop y folklórico. Fue así que descubrió la Copla, género musical andaluz por excelencia. Fascinada por el encanto de la típica musicalidad, se dedicó de lleno al arte que otrora pasearan por los mejores escenarios las grandes estrellas como Estrellita Castro, Imperio Argentina y Marifé de Triana, por citar algunas, arte que justamente resucitaba en España en el momento en que Diana decidió subirse al carro de las notas cuyos caballitos son vestidos de volantes, guitarras y castañuelas. La Copla decidió el futuro artístico de Diana. Dice ella: “Mi amor a la copla me hizo dedicarme a cantar, era lo único que quería”.

Durante diez años consecutivos participó Diana Navarro en veintinueve concursos de copla, ganando nada menos que diecinueve primeros premios, entre los que destaca el Premio Nacional de Saetas de Málaga, obtenido en el año 2000 y nuevamente en el 2002. Ya unos años antes había grabado por su cuenta sus dos primeros discos: en 1997, el álbum “Noches de Copla”, al que siguió en 1999 “Homenaje”, en honor al célebre poeta de Fuentevaqueros, Federico García Lorca.

Tras varios años de intensa preparación, Diana consigue grabar en 2005 su primer disco como figura, de la mano del productor Manuel Illán y el músico Chico Valdivia. El álbum, “No te olvides de mí”, fue un éxito de ventas con muy pocos precedentes, que en tan solo meses consiguió el disco de oro y el doble de platino. La canción “Sola”, que aperturaba el disco, rutilaba en los primeros puestos de las listas de popularidad. La trayectoria ascendente de Diana, merced a ese primer disco y a la multitudinaria gira de conciertos que generó, hizo que le fuera concedido el Premio Ondas al Artista Revelación. En 2006 consigue la diva malagueña dos importantes premios otorgados al Artista Revelación y a la Mejor Producción por la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España.

El año 2007 trajo el lanzamiento del segundo disco, “24 rosas”, cuya canción del mismo título se inspira en un texto de la Doctora Mística, Santa Teresa de Jesús, lo que hizo creer al oyente medio que se trataba de un disco de música religiosa, cuando en realidad no era así. Con todo, el disco obtuvo notable éxito, aún con las ventas reducidas a la mitad del primero, es decir, a un largo centenar de millares, lo que le valió el tercer disco de platino en su triunfal carrera.

El tercer álbum de Diana Navarro, “Camino verde” ve la luz en el 2008 y anima al gran público a acercarse aún más a la Copla, ya que se trata de un compendio de significativas y popularísimas canciones como “Camino verde”, “Ojos verdes”, “Campanera”, “María de la O”, “La bien pagá” y “Vino amargo”. Es al propio tiempo el álbum un sentido homenaje a Manolo Caracol y Juanito Valderrama, homenaje sintetizado en la pieza “A Caracol y Valderrama”. Con este trabajo consigue Diana su cuarto disco de platino.

Su último disco, “Flamenco”, lanzado a finales del 2011, lo dedica Diana especialmente a los populares cantaores La Niña de la Puebla y Enrique Morente, sin olvidar a otros tan queridos que elevaron el cante a las divinas alturas. Se augura al álbum un éxito no inferior al de los dos últimos.

De todo corazón deseamos a nuestra admirada Diana Navarro, Turista de Honor 2008 de Torremolinos, que el panal de las mieles del triunfo no se agote. Nuestra incansable luchadora bien lo merece. Y de paso la animamos a que se digne mirar las inéditas coplas que los maestros de Torremolinos hacen llegar a su alta, aunque no inaccesible, palestra musical.

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