Este procedimiento diagnóstico consiste en la ingestión de una cápsula de tamaño, algo ligeramente mayor que las cápsulas de los medicamentos. Dentro de ella va incluida una cámara minúscula que realiza hasta dos fotografías por segundo, las cuales son captadas por una serie de antenas que, a su vez, van incorporadas a un chaleco que se coloca el paciente. Las imágenes se envían a un receptor-grabador portátil también incluido en el chaleco.
Al finalizar la prueba, unas ocho horas después de tragar la cápsula, el paciente se quita el chaleco y las imágenes se descargan en un ordenador para ser analizadas y valoradas por el especialista. Cabe resaltar que la cápsula es desechable y pasa naturalmente por el tubo digestivo gracias a los movimientos intestinales, por lo que el paciente no sentirá molestias ni dolor durante su tránsito ni su expulsión.
Según explican los profesionales de la Unidad de Aparato Digestivo, la principal finalidad de esta prueba es el estudio del intestino delgado, un órgano que, al estar situado en mitad del tubo digestivo, no resulta accesible por otros medios de imagen como la gastroscopia o la colonoscopia. En ese sentido, cabe destacar que la cápsula se dispensa bajo estricto criterio médico y en pacientes que reúnan una serie de requisitos clínicos o bien a quienes no se les pueda practicar una endoscopia tradicional.
Entre las ventajas de esta nueva técnica diagnóstica se encuentra el que no es molesto ni doloroso para el paciente. Además, al incorporarla a la cartera de servicios del centro, los pacientes evitan tener que desplazarse a otros hospitales de la provincia, como el Puerta del Mar de Cádiz para someterse a este tipo de pruebas.
