Plácido Rodríguez Parada y Maribel Adrian Dossio, ambos biólogos, son los dueños de este humedal que adquirieron cuando era una gravera llena de escombros, para convertirlo en un auténtico vergel y hogar para miles de aves, algunas de ellas en grave peligro de extinción. Plácido, nacido en Sanlúcar de Barrameda, con sólo tres días de vida llegó a la marisma de Doñana, de donde ya no se movería.
¿Cuál fue el proceso para crear este paraíso?
–Compramos la finca en 1987. Limpiándola y recuperando el humedal estuvimos hasta 1993, año en el que se abre al público. Traíamos unos cuantos ánsares domésticos y poco más pero había multitud de aves que se acostumbraron a comer en mi casa de la marisma y, al no haber comida para ellas, allí empezaron a buscar y me encontraron aquí. Desde entonces no ha parado de subir el número de ejemplares. Entre 2000 y 5000 aves viven o anidan, dependiendo de las épocas de cría y migraciones.
¿Qué tipo de público reciben?
–A grupos de escolares a los que se les enseña la forma de vida de las aves, su comportamiento y migraciones. También recibimos a grupos de personas mayores, extranjeros interesados en estos ecosistemas e incluso una vez al año vienen a visitarnos grupos de presos a los que se les acoge gratuitamente. Se mezcla la labor didáctica con el turismo y la labor solidaria.
¿Cuántas especies diferentes acogen?
–Unas 200 especies europeas, muchas de ellas en cautividad, más otras 30 de otros continentes. Entre las europeas destacaría la focha cornuda y el porrón pardo, ambas en serio peligro de extinción, y de las más exóticas, por ejemplo, el iris escarlata de Venezuela o el cisne de cuello negro, procedente de los humedales suramericanos. También hay flamencos, grullas, cigüeñas y pavos reales, además de gran cantidad de patos de diferentes especies. El 2 de febrero es el Día Mundial de los Humedales y nosotros llevamos cuatro años celebrándolo soltando aves a la marisma. En esta última edición soltamos 99 fochas cornudas y 122 cercetas pardillas, ayudando así a que no se extingan.
¿Cuenta con algún apoyo institucional?
–No, las administraciones sólo me dan quebraderos de cabeza.
Explíquese
–Para un humedal de estas características el entorno es vital. En los alrededores de La Cañada se han construido casas y pozos en lugares en los que está totalmente prohibido por ley y el Ayuntamiento hace la vista gorda sistemáticamente. Medio Ambiente de la Junta de Andalucía no debería dar permisos para secar humedales y arrancar cierta vegetación que hace que el ecosistema pueda subsistir y sin embargo es una práctica habitual. Se cometen muchos delitos ecológicos en esta zona sin que nadie ponga freno a tanto despropósito medioambiental.
