En el veredicto se detalla que los hechos tuvieron lugar como consecuencia de una de tantas peleas y discusiones entre el presunto asesino y su víctima con "ánimo de acabar con la vida" de la mujer, que "le había proferido insultos" al acusado; éste le propinó un número de golpes elevado con "la añadida intención de aumentar inhumanamente su dolor y hacerla sufrir innecesariamente" antes de morir.
Para ello, según el jurado, "se valió de la superioridad física" sobre su víctima portando un cuchillo y un hocino; en el momento de los hechos, el presunto asesino "sufría un cuadro depresivo y de abuso de bebidas alcohólicas, con intoxicaciones etílicas esporádicas, que le provoca un trastorno cognitivo leve que no le impide conocer plenamente el alcance y sentido de sus actos". Asimismo, "sufre desde la infancia cierto trastorno que no le altera la conciencia y percepción de la realidad", y en el momento de los hechos no se encontraba "bajo los efectos de bebidas alcohólicas".
Por otra parte, el tribunal popular puntualiza que el acusado tras volver a los pocos días al escenario de los hechos fue detenido en la Plaza de Santa Teresa de Córdoba capital por agentes de la Policía Nacional, "a quienes contó los hechos una vez que se cercioró que lo buscaban precisamente por los mismos".
De este modo, el juicio ha quedado visto para sentencia después de que el Ministerio Público y la acción popular han solicitado 18 años de prisión para el presunto asesino y una indemnización de unos 318.000 euros para los familiares de la víctima, entre ellos sus cinco hijos; la acusación particular ha pedido una pena de 20 años de prisión y una indemnización de unos 500.000 euros; mientras que la defensa ha anunciado que interpondrá recurso y reitera que los hechos se deben juzgar como delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad, además de pedir la eximente por trastorno mental en su cliente.
El juicio se ha celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba desde el lunes al miércoles, jornada que ha concluido con los informes finales tras declarar el acusado, forenses, peritos y vecinos y familiares.
LOS HECHOS
Según recoge la calificación fiscal, en septiembre del año 2009, la víctima, que era adicta al consumo de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancia psicotrópicas, conoció al acusado mientras ejercía la prostitución en la calle Rey Don Pelayo de Córdoba.
Desde dicha fecha, el presunto asesino había mantenido en diversas ocasiones relaciones sexuales con dicha mujer, que con frecuencia dormía en su domicilio, donde supuestamente tuvieron lugar numerosas discusiones entre ellos motivadas por desacuerdos en el pago de los servicios sexuales.
En la madrugada de un día no determinado, pero comprendido entre el 7 y 9 de abril de 2010, según agrega el escrito del fiscal, iniciaron una discusión en la que el acusado cogió un cuchillo y un hocino y se aproximó a la mujer a la que supuestamente comenzó a asestar puñaladas, hasta un total de 91, en distintas partes del cuerpo.
La multitud de heridas sufridas por la víctima causaron una cuantiosa hemorragia externa lo que le originó una insuficiencia cardiocirculatoria que le provocó la muerte por shock hemorrágico.
La mujer fallecida era natural de Huelva y tenía cinco hijos. Según agrega el Ministerio Público, a la mujer no se le conocían otros ingresos que los derivados del ejercicio de la prostitución, los cuales destinaba principalmente a su subsistencia y a adquirir las drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas a las que era adicta.