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Cáritas advierte de la "cronificación" de la pobreza en Jerez

El 58% de las familias atendidas por Cáritas lleva más de tres años viviendo de las ayudas

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  • Mazuelos, junto a Domouso. -

Cáritas atendió en 2011 a 26.776 familias de la Diócesis de Asidonia-Jerez, lo que supone un incremento del 27,7 por ciento respecto al ejercicio anterior. En estos últimos dos años, la cifra de familias beneficiarias de esta organización ha crecido un 67 por ciento. Además, las solicitudes de asistencia experimentaron el pasado ejercicio un repunte del 88 por ciento, alcanzando ya la cifra de 62.675.

Sin embargo, y a pesar de la magnitud de estos datos, lo que más preocupa en Cáritas Diocesana es que la pobreza se está “cronificando” tanto en Jerez como en su área de influencia, tal y como demuestra el hecho de que el 58 por ciento de las familias atendidas viene reclamando ayuda desde hace ya más de tres años.

El director de Cáritas Diocesana, Francisco Domouso, advierte de que “antes no existía” esta “cronificación”, ya que lo habitual era que las personas necesitaran un auxilio durante un periodo determinado de tiempo y a la espera de encontrar una salida laboral. El problema, ahora, es que “el trabajo no existe”. Domouso no pasó por alto la ocasión de alertar sobre el hecho de que las “situaciones de quebranto humano” se estén “agudizando” como consecuencia de la crisis económico.

“Hemos pasado de unos años en los que los poderes públicos trataban de maquillar la crisis a una época en la que parecen presentarnos un ultimátum. La inoperancia política está desmantelando el Estado del Bienestar”, denunció.

El director de Cáritas Diocesana expresó también su “rechazo” hacia las políticas de ajuste que “sólo van a traer dolor a una parte de la sociedad”, considerando que “no se puede permitir que vuelva a imponerse el régimen superado de la beneficencia”.

 

Cambian las necesidades

Esta última circunstancia ha llevado a Cáritas a modificar sustancialmente su línea de trabajo. Si hace unos años buena parte del presupuesto anual se destinaba a la ejecución de programas de desarrollo personal, la adversa coyuntura actual ha obligado a volcar todos los esfuerzos en atender cuestiones de primera necesidad.

A lo largo del pasado ejercicio, Cáritas invirtió algo más de 2 millones de euros en el conjunto de la diócesis. El 40 por ciento de esos recursos (828.798 euros) se destinaron a programas de acogida y asistencia. A continuación se sitúan las iniciativas destinadas a atender programas con personas vulnerables (14 por ciento), a cooperación internacional (12 por ciento), a formación y empleo (10 por ciento) o a personas sin hogar (9 por ciento).

Y no extraña si se tiene en cuenta que los solicitudes de alimento se incrementaron el año pasado un 186 por ciento. Incluso, las peticiones de ropa y calzado experimentaron un repunte del 190 por ciento, lo que viene a hacer una idea de la situación real en que se encuentran muchas familias de la ciudad.

Entre los nuevos demandantes de ayuda sobresalen parejas jóvenes con hijos a su cargo, de edades comprendidas entre los 30 y los 40 años, desempleados y con riesgo de perder su vivienda. En la mayor parte de los casos responden al perfil de jóvenes que hasta hace unos años disfrutaban de una vida “normalizada” y que, al perder el empleo, no han tenido recursos con los que responder a los compromisos que habían adquirido previamente en función de sus ingresos. “Muchos acuden a nosotros porque necesitan desahogarse y no saben cómo hacerlo porque nunca se les ha presentado un problema así. Lo normal es que vivan o coman con sus padres y que los pocos ingresos que puedan recibir los dediquen a pagar su vivienda”, explicó Domouso.

 

Celebración del Día de la Caridad

Cáritas presentó su memoria anual en el marco de la celebración del Día de la Caridad, que se hace coincidir con la festividad litúrgica del Corpus Christi. Esa memoria constata que el 43 por ciento de los ingresos registrados en 2011 provienen de las aportaciones de socios y donantes. A continuación se sitúan las subvenciones públicas, que suponen el 21 por ciento de los ingresos anuales. El Estado aportó el año pasado 190.075 euros, la Junta de Andalucía 96.818 y el conjunto de ayuntamientos de la Diócesis de Asidonia-Jerez, 29.333 euros.

El obispo, José Mazuelos, resaltó la labor realizada por los voluntarios, sin los cuales no sería posible atender las necesidades que a diario surgen en las parroquias. Además, destacó que “en tiempos de crisis, los poderes políticos tienen que recortar” y la Iglesia tiene “que dar más” porque es su “obligación”. El prelado justificó por otra parte las subvenciones otorgadas por las administraciones públicas, recordando que habitualmente “se desvían hacia Cáritas a montones de personas” y considerando necesario que ambas trabajen “codo con codo”.

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