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El Puerto

11 jugadores sin alma

La media puntada

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El domingo se presumía de victoria fácil. Buen almuerzo, mejor compañía y cruzábamos el desierto que separaba La Palmera de nuestro estadio. Saltaron al verde 11 jugadores vestidos de rojos, pero sus almas se quedaron en el vestuario. Es inexplicable la falta de tensión competitiva con la que los jugadores del Racing se presentaron ante su afición.

Una afición que dejó atrás la comodidad de sus casas, con liga inglesa, española, alemana y la madre de Chicuelo, y los acompañó en este desastre colectivo, esta falta de unidad y solidaridad y un hundimiento del juego colectivo. Éstos que ayer salieron no se acordarán seguramente de lo que cuesta, el trabajo de directivos buscando publicidad, tesoreros que ven las cuentas en chino, presidente que aguantó el chaparrón junto al alcalde de la ciudad… qué vergüenza.

Nuestro club ha perdido muchas veces, habrá ganado otras tantas, pero lo más penoso, aparte de esto, es que desertaron en la idea del entrenador, la pelota volvió a surcar los aires. Bajic y Galiano sufrieron una estrepitosa derrota ante un delantero que les hizo un traje jugando a la espalda, bajándola y dándole tiempo a los volantes del San Juan para subir. Los sevillanos respiraban así, tras su orden defensivo. Muy bien los del Aljarafe, con orden y poco más nos vencieron.


En el centro del campo, Alberto fue un naufrago que no disputó un balón. Que se escondió en las pelotas divididas, al igual que un Natera apoltronado en la banda, encadenado a una sombra invisible que le impidió rendir.

Qué decir de Benítez. No se ofreció ni una vez, no organizó, no le dio ocasión al esférico a un mejor trato, no le mandó cartas de oportunidades a Juanmi, un delantero que se puede pasar el resto de la temporada sentado en la media luna del área fumándose un cigarro. Si los interiores siguen sin desbordar ni a un maniquí de “Talgos”.

Es una hecatombe de actitud de no ganar una bola dividida, de no respetar la idea del juego. Fueron 600 socios, 600 que en sus planes del domingo estaba ver un buen partido de fútbol. Espero que piensen en ellos, en los directivos y en sus almas que se quedaron tras la puerta del vestuario. Y es que a veces se ven fantasmas en el Cuvillo, y fueron 11tipos que no pelearon, no sudaron y no respetaron la filosofía de Mere. Que no se repita.

 

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