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Bartolomé Clavero: “Los dineros del Bicentenario estarían mejor aplicados a la memoria histórica”

El catedrático de la Universidad de Sevilla, además de ofrecer la conferencia inaugural de las XXXI Jornadas Universitarias Andaluzad de Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales, habla sin tapujos para este medio sobre La Pepa y otros temas de actualidad.

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  • Bartolomé Clavero. -

Tras dar una leción magistral sobre si '¿Hay derecho del trabajo en la Constitución de Cádiz?', en la inauguración de las Jornadas Universitarias Andaluzas de Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales, el catedrático de la Universidad de Sevilla, Bartolomé Clavero, atendió amablemente a este medio y habló sin tapujos sobre La Pepa y otras cuestiones de actualidad.

Como catedrático en la Historia del Derecho, ¿cree que la Constitución del 78 ya ha pasado a la historia?
–Yo no creo que la Constitución del 78 merezca pasar a la historia ni está pasando a la historia, pero creo que hay elementos muy importantes de ella que merecerían pasar ya a la historia.

¿Por ejemplo...?
–Como la estructura del poder judicial o el modo de elección del CGPJ, sobre todo en el sentido de tribunales y juzgados, es decir, la manera en que en España se ejerce por un órgano unipersonal con pocas garantías de deliberación como son los juzgados de instrucción, una potestad judicial plena que no es la de poder sentenciar pero sí de poder disponer de la libertad o de la propiedad de ciudadanos y ciudadanas, la manera en que la misma estructura de la justicia no tiene mecanismos de control ciudadano, de cierto control social sea por vía de participación ciudadana en la elección de determinados organismos quizá no es totalidad pero alguna forma parecida de participación ciudadana que es hoy la posibilidad de acceso a organismos superiores de la justicia de profesionales de reconocido prestigio, puede ser de profesionales que merezcan la confianza de la ciudadania. Hay multitud de fórmulas, la extensión de la institución del jurado no sólo en materia penal sino también en materia civil, lo cual es muy adecuado porque hace falta crear una cultura social de responsabilidad en la participación ciudadana que de momento en España, y más en materia judicial,  se prestaría a la demagogia y a todo tipo de populismos y por lo tanto habría que pensar mucho en cómo se podría fomentar un cambio de cultura de la participación ciudadana que permitiese el acceso de la istitución del jurado. Hemos mantenido una estructura de la justicia profesional, incluso, con todo el respeto y lo digo entre comillas, de cierto sabor franquista, es una estructura profesional que puede servir igual para una dictadura que para una democracia, que de hecho está sirviendo para una democracia pero que no es suficiente para las expectativas y los requerimientos de una ciudadanía respecto a una democracia a la altura de nuestros tiempos. Por otro lado, la reforma constitucional en España no es lógica, no guarda relación con la importancia de una reforma constitucional que es como una reactivación del poder constituyente aunque sea a efectos limitados, hay reformas en España que son excesivamente fáciles como la reforma que se ha producido como es la necesidad del equilibrio presupuestario que tiene muchas connotaciones negativas, en relación al desarrollo de políticas sociales y que se puede hacer ese cambio constitucional como se acuerda una ley. No guarda lógica constitucional que a otros efectos de reforma de la justicia los procedimientos sean excesivamente rigurosos, que hoy por hoy parecen inaplicables. La Constitucion española, en el Constitucionalismo comparado,  se caracteriza porque en tantos años que lleva vigente no se ha planteado ninguna reforma de cierto alcance porque habría que encontrar procedimientos intermedios. Un tema que tiene que plantearse por reforma constitucional y no por reforma de estatutos, es que la Constitución nunca ha estado a la altura de lo que tiene que ser una constitución en materia de estructura comunitaria y territorial del Estado.El título de la Constitución referente a autonomías fue un título provisional con lo cual no está muy justificado que esté dentro de la Constitución y que no sea un derecho transitorio, un titulo provisional desde el punto de vista de qué es lo que regula que fundamentalmente es una regiulación procedimental para llegar a ser algo que la Constitución no perfila y debiera perfilar que es la estructura final de las comunidades del Estado español y se requiere una reforma constitucional que convierta ese título de las autonomías en un título sustantivo que articule a España sin los problemas de desarticulación que existen. Por ejemplo, otro tema, el tema del Senado tiene que ver con este. Según la Constitución tendría que ser una cámara de representación territorial y no lo es ni lo ha sido nunca y hace falta una cámara española  que articule por vía parlamentaria la pluralidad constitucional de la nación Española.

En la calle se ve al Senado prescindible.
–Como ahora estamos con recortes se podría que decir: “Primer recorte, se suprime el Senado”, pero no sería bueno porque en España hace falta un Senado al no haber instancias de articulación de las comunidades.

Cambiando de tema en el contexto histórico de las distintas constituciones, ¿cuál fue más avanzada: La Pepa o la del 78?
–La del 78 sin duda. La Pepa se ha mitificado mucho, incluso en el sentido de que la democracia procede de la Pepa, que la nación española procede de la Pepa y que el liberalismo español, en el buen sentido del liberalismo, no de una tendencia política, sino de un respeto, reconocimiento y garantía de libertades para toda la ciudadanía sin discriminación, siendo el principio de no discriminación fundamental en la garantía de  igualdad de todas y todos procede de La Pepa, pero no, eso es el 78. No es que no exista en la Constitución de Cádiz, es que en la cultura jurídica de la época era algo impensable y nadie se lo planteó.

En cuanto a la reforma laboral, ¿cree que se ha dado un paso atrás y, como usted dice, se acerca más la posición del trabajador al sirviente doméstico expresado en La Pepa?
–No tanto, pero las dificultades que últimamente se le ponen, sobre todo, por la dificultad mediante el cobro de tasas al acceso a la justicia también en materia laboral no es bueno. El trabajador, según la Constitución de Cádiz, no tenía acceso a la justicia y tenía como juez al empleador. Eso no podría servir de modelo hoy.

- ¿Qué me dice sobre el acceso a la justicia con las tasas que han impuesto?
–Esa situación es individualmente insostenible. Para determinados sectores va a ser prácticamente prohibitivo el acceder a la justicia para determinadas reclamaciones de cantidades mayores porque las tasas se convierten en un impedimento muy serio. Yo tengo la confianza, y es una confianza muy generalizada entre juristas de España, de que el asunto de las tasas no pasa el control del poder constitucional.

Por último, hágame una valoración de la conmemoración del Bicentenario, ¿cree que ha acercado el constitucionalismo al pueblo o lo ve como unos fastos de gastar mucho dinero y que no sirve para nada?
–Yo me temía esta pregunta. Hace poco más de dos años, quizá tres, hubo una reunión en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales en la que se iban a tomar decisiones, yo decidí no impulsar la conmemoración de la Constitución de Cádiz; manifesté determinados temores de que empezar a celebrar un hecho histórico de gran importancia como lo es esta, que tiene una trascendencia dificilmente evaluable, pero de la que se tiene, lógicamente, un orgullo en la ciudad, a celebrar de la manera en que se estaba planteando: celebración de la nación española, del liberalismo español... iba a introducir en un terreno de confusión histórica donde al final se iban a aplicar muchos dineros que estarían mejor aplicados para otras cuestiones como la memoria histórica de las víctimas del franquismo, y para la reparación todavía pendiente de las víctimas y los descendientes que han seguido sufriendo las secuelas de la dictadura franquista de un modo u otro. Se iban a aplicar muchos medios públicos para algo que iba a crear confusión en términos políticos e historiográficos y en gran parte he tenido razón y, lo siento, a mí no me hubiera gustado tener razón...  Pero celebro que la ciudad de Cádiz haya tenido tanta presencia en este año y se haya beneficiado tanto política y económicamente de algo que merece celebrarse como es la constitución de 1812.

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