A pesar de que Melilla levantó una desventaja de 20 puntos, los gualdiverdes ganaron.
Empujados por el público, que una vez más arropó al equipo, pero sobre todo, empujados por esa fuerza interior, ese karma que siempre ha buscado Moncho Fernández en sus plantillas, esa implicación y profesionalidad que hizo olvidar tres meses sin cobrar para brindar una nueva victoria.
Todo a pesar del pésimo arbitraje. que permitió que a Guillén le dieran por todo lados (la jugada de marras le habían dado dos sopapos y le pitaron a él dobles y en la siguiente acción, personal cuando estaba luchando con Southall) y no dejaron protestar al banquillo y a los jugadores, a los que señalaron técnicas.
El primer cuarto increíble, con un Villa muy suelto y descarado en ataque, que anotaba sin cesar, y no defendía mal del todo. Aunque Héctor García anotó con cierta fluidez (sus 8 puntos llegaron en este primer asalto del partido), nunca pudo con Alejandro Alba, su par en el encuentro. El barreño supo sacar partido de su mayor envergadura física, y jugando al poste bajo, logró hacer mucho daño a la defensa norteafricana. Para cuando Paco Olmos quiso reaccionar, sacando a Juanma Ruiz, ya era un poco tarde. Alba había anotado 11 puntos, y mantenía al Villa siempre por encima de los 10 de ventaja. Al final del primer cuarto, 26-16 para los gualdiverdes.
El segundo cuarto no comenzó bien del todo para los locales, y el Melilla, con un parcial de 0-7 de salida, metía el miedo en el cuerpo a los barreños. Pero Moncho Fernández pidió tiempo muerto, llamó a sus jugadores al orden, y con una defensa de anticipación, con garra, volvieron a escaparse en el marcador. Tanto fue así, que al descanso el Melilla sólo había recortado dos puntos de desventaja: 44-36.
El tercer cuarto fue el peor de todos, viviéndose una auténtica pesadilla en el Samuel Aguilar. Comenzó Los Barrios de ensueño, defendiendo con más intensidad que nunca, robando balones, acertadísimo en ataque, para alcanzar una renta de 18 puntos.
Entonces comenzó a mascarse la tragedia. Ricardo Guillén reclamó una falta en defensa de Southall, pero Pagán, uno de los árbitros del encuentro, le pidió que siguiese jugando. En el siguiente ataque gualdiverde, Southall golpeó a Guillén, pero la pareja arbitral señaló dobles del canario.
En el ataque de Melilla, falta del Villa, protestas de Moncho Fernández, y técnica al entrenador gualdiverde. Guillén también protestó de manera airada, lo que le costó una técnica descalificante. Tal fue el enfado del canario, que hasta cuatro compañeros tuvieron que agarrarle y llevarle al vestuario. La gran renta del Villa se quedó en sólo 8 puntos al inicio del último cuarto.
Este asalto final fue muy emocionante. Comenzó con una nueva técnica descalificante, esta vez a Rafael Pérez, fisioterapeuta del Villa. Y aunque Melilla lo intentó, el equipo barreño supo mantener su renta sobre el conjunto norteafricano. Una antideportiva de Michael Southall (demasiado rigurosa también) selló el triunfo gualdiverde, y amplió la ventaja para los de Moncho Fernández, que finalmente ganaron de forma sufrida un partido que no se podrá olvidar.
Villa de Los Barrios
(26+18+20+17)
Alejandro Alba 16
Richi Guillén 14
Jesús Castro 2
Xavi Vallmajo 12
Jesús Chagoyen 8
Gonzalo Sánchez 0
Marc Picó 0
Levi Rost 9
Eric Sánchez 12
Antxon Iturbe 0
Ross Schraeder 8
Melilla Baloncesto
(16+20+20+16)
Anthony Fergerson 8
Diego Ciorciari 11
Caio Torres 0
K. Waleskowski 7
Héctor García 8
Rafa Huertas 0
Michael Southall 14
Juanma Ruiz 14
Jon Santamaría 0
Cuthbert Victor 5
Nacho Romero 5
Raúl Lázaro -
Marcador cada cinco minutos:
17-10, 26-18; 32-25, 44-36 (descanso);
53-41, 64-56; 70-65 y 81-72 (final).
Árbitros:
Juan Antonio Pagán Baro,de Lleida; y Juan Pedro Morales García-Alcaide, de Madrid.
Falta descalificante a Ricardo Guillén (m. 29). Cinco personales al visitante Ciorciari (m. 39).
Incidencias:
Partido correspondiente a la decimonovena jornada de liga de la Adecco LEB Oro, disputado en el
Pabellón Soldado Samuel Aguilar de Los Barrios ante unos 300 espectadores
vestuarios
Moncho Fernández: "Ha sido más que una victoria. Una declaración de intenciones de lo que es este equipo. El nivel de entrega, lucha, profesionalidad, compromiso con la camiseta, el grupo, los compañeros... Nos hemos dejado el alma y si hay una divinidad nos ha regalado el triunfo ante un gran equipo. Tengo ganas de llamar a mi madre y decirle bien alto que soy entrenador de Los Barrios”.
Paco Olmos: “Ellos tiene una defensa muy dura de atacar, muy cerrada y nosotros estamos con espesura y falta de fluidez. El partido ha sido bronco, con muchas interrupciones, faltas, antideportivas, técnicas... que nos ha perjudicado más a la hora de buscar un ritmo de partido cuando parecía que nos podíamos acercar al final del tercer cuarto. Ellos siempre juegan con extramotivación”
Ricardo Guillén: “Estoy mejor porque el equipo ha ganado pero he cometido un error. Me arrepiento pero todo tiene una justificación aunque no es justificable porque no es un ejemplo. Todo tiene un límite y no es por un mal arbitraje pero a mí me han faltado el respeto y los árbitros no han hecho su trabajo y encima me pitan mal a propósito. Mi reacción no tiene disculpa y pido perdón”.
Juan España: “Era difícil que ganara Melilla a pesar del arbitraje. Hemos dado una lección de entrega, profesionalidad y de jugar al baloncesto. Hemos estado tremendos en defensa y sin faltas que es lo importante y más difícil”. En lo económico, dijo que “estamos en ello. Se les prometió una nómina para esta semana pero no la hemos conseguida entera. Trabajamos para pagarles pronto”.