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Cuando se da con la tecla

Manuel Gordillo García Pensionista. Extrabajador de la construcción, hostelero y exdirectivo del Arcos CF

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  • Manuel posa con su acordeón Horch, de diez kilos de peso. -

La vida de este vecino de la plaza Sierra de Cádiz (junto al colegio San Francisco) ha discurrido por diferentes escenarios. Nació el 16 de junio de 1952 en una vivienda de Paseo de Boliches, pero su infancia se desarrolló en una finca situada junto a la Vega de los Molinos, donde su padre regentaba la histórica Venta Gordillo. De niño, lo mismo cuidaba el ganado que atendía la venta, ya por último junto a su hermana Mari Carmen.


Hasta los 14 ó 15 años estudió en la escuela rural  La Molineta, junto a la finca de Mantellina. Después tuvo que trabajar duramente para ayudar en una familia de nueve hermanos, seis de ellos del primer matrimonio de su padre, quien también se dedicaba al transporte entre Arcos y Jerez con una furgoneta DKV.


En el año 1971 marchó a Francia, donde tan sólo trabajaría durante tres meses. Después estuvo cuatro años en Barcelona. De allí fue destinado a Santa Cruz de Tenerife para realizar el servicio militar, lo cual fue bastante duro por la distancia. No obstante, con el tiempo ha viajado dos veces a la isla para redescubrir sus paisajes y encantos, e incluso pretende repetir por tercera vez.
En 1976 contrajo matrimonio con Isabel Barranco, con la que comparte a sus hijos Laura y Antonio Manuel. Su primer domicilio de casado fue en San Antonio Abad, en la vivienda de su suegro. Posteriormente se autoconstruyó su actual vivienda junto a la plaza Sierra de Cádiz.


Pegado a su casa, en 1987 montó el bar Gordillo, el cual mantuvo durante doce largos años; un establecimiento de ambiente deportivo y cuya clientela solía ser por norma general del Real Madrid, que también es su equipo. Cerrado el bar, a los catorce años acaba de reabrir ya con su hija Laura como regente.


En su vida laboral también figuran los 15 años que trabajó como camionero en la empresa de José María León, la época en que repartió muebles de los hermanos Vázquez por toda Andalucía, en Jédula con la firma Mantellina... Incluso montó su propia empresa de construcción que, debido a la crisis, quebró como tantas en nuestro país.
Manuel es conocido también por su faceta como directivo del Arcos CF, habiendo permanecido al lado de los presidentes Cristóbal Martín, Antonio Gallardo, Francisco Gago o Curro Manzano, haciendo tareas administrativas, pintando el antiguo campo de albero, vendiendo entradas y cuantos trabajos se terciaran.


Junto con su gran afición al fútbol está otra menos apasionante para el resto de los mortales, aunque éste no sea su caso. Manuel toca desde los doce años el acordeón, pues su padre le regaló uno comprado en Alemania. Si bien nunca ha dejado de acariciar las teclas del instrumento, ahora que dispone de más tiempo libre debido a su jubilación, indaga en los acordes e incluso ha empezado a estudiar solfeo.

Manuel ha montado una especie de asociación de amigos del acordeón, que cuenta con dos integrantes de Ubrique y Ronda que se desplazan a Arcos para compartir un rato de música. Manuel interpreta todo tipo de ritmos, pero sabe que el pasodoble es la música por antonomasia del acordeón. Su gran reto es aprender más y sobre todo enseñar a otros, aunque sabe que la juventud no está por estos instrumentos... En este sentido, recuerda que “desde chico se aprender mejor”. Cierto es. Aunque conserve dos excelentes acordeones, está especialmente orgulloso de su Horch, un robusto alemán de diez kilos de peso que suena a entrañable.


Hombre hogareño y familiar, sobre todo a raíz de una complicada intervención quirúrgica, se considera un fiel seguidor de la televisión local Sierravisión, pero sobre todo una persona sencilla que ha vivido lo suyo.

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