La Audiencia de Sevilla ha condenado a cinco años de cárcel a un atracador que escondió un cuchillo en el depósito de gasolina de un coche y amenazó con la manguera de suministro a los ciudadanos que le perseguían.
El acusado José C.B., de 29 años, atracó junto a dos personas desconocidas el bar de la verbena que se celebraba en la madrugada del 8 de septiembre de 2012 en la Barriada de la Consolación de Dos Hermanas (Sevilla), según la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia, a la que ha tenido acceso Efe.
Los tres atracadores llevaban la cara cubierta y exhibieron una navaja y una pistola para amenazar al encargado del bar instalado en el campo de fútbol de la barriada.
Explica la sentencia que las personas que estaban en la barra del bar fueron alertadas por el propietario sobre lo sucedido y se aglomeraron en torno al coche de los atracadores, que no consiguieron intimidar a la concurrencia pese a que exhibieron de nuevo armas blancas.
Entonces los atracadores optaron por huir a pie, uno de ellos desapareció y los otros dos, perseguidos por dos de los asistentes a la verbena, llegaron hasta una gasolinera situada en la carretera vieja de Utrera, a unos 500 metros del lugar del atraco.
Uno de los atracadores se perdió en la noche y el acusado José C.B. se dirigió a un hombre que estaba repostando gasolina, le arrebató la manguera y con ella amenazó a los que le perseguían, al tiempo que intentó confundir al automovilista asegurando que pretendían alcanzarle unos ladrones.
Además, metió el cuchillo que portaba en el depósito de la gasolina, de donde fue recuperado poco después por la Policía.
La sentencia impone al acusado cinco años de cárcel al concurrir la agravante de reincidencia -pues había sido condenado en cuatro ocasiones anteriores por delitos de robo- y de uso de disfraz, así como la devolución de los 467 euros robados en la verbena.
La sentencia rechaza el argumento del abogado del acusado sobre los errores en el reconocimiento pues José C.B. fue "perseguido sin interrupción" y los jueces consideran "por completo descabellada la mera sugerencia de que el individuo que fue alcanzado por los dos testigos en la gasolinera no fuera el que fue perseguido desde el mismo lugar donde se celebraba la fiesta"
