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Agua va ...y todo lo demás

Una vez despejadas las nubes, se ha desatado una nueva tormenta, en este caso política, cuyo temporal aún no ha amainado. Junta y Ayuntamiento, PSOE y PP, se recriminan el papel desempeñado como consecuencia de las inundaciones

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  • La zona rural de Jerez, afectada por la crecida del río -

Cada vez que el Guadalete hace, aunque solo sea el amago, de inundar una vez más la Vega de Jerez, nos devuelve de inmediato el recuerdo de las inundaciones de finales de 1996 y comienzos de 2010. Los vecinos de la zona viven con la amenaza presente cada invierno, algunos con más ánimo que otros, conscientes de que poco puede hacerse contra las fuerzas de la naturaleza y abnegados ante las medidas extraordinarias que les trasladen las administraciones competentes.
Este año, pese a la creciente subida del cauce, no se han vivido imágenes dramáticas como las de hace tres años; incluso ha sobresalido la efectividad de la coordinación entre los equipos de seguridad y emergencia del Ayuntamiento y los técnicos de Medio Ambiente. Sin embargo, a medida que se sucedían los días, han comenzado a florecer las críticas. En primer lugar dirigidas desde Jerez hacia los responsables de la Junta; después, las de éstos, con la boca pequeña, en alusión a la peculiaridad de la zona inundable del río.

Así, casual o no, el delegado territorial de Medio Ambiente, Federico Fernández, eligió el miércoles, con la marcha de las nubes, el pantano de Bornos para hacer balande de lo acontecido, resaltar la gestión de los embalses y, del mismo modo que a esa hora las compuertas de Bornos aliviaban  en dirección a Jerez, sus alusiones al papel del Ayuntamiento en la zona rural actuaron como el torrente desatado por una tormenta política en ciernes que aún no ha amainado.

En este sentido, el delegado territorial apuntó al planeamiento municipal como una de las herramientas fundamentales para prevenir las inundaciones. Así, y habida cuenta de que “toda la llanura de inundación de La Ina es río” habría que plantearse, siendo estricto, “hasta qué punto ha habido inundaciones en Jerez” a causa de la crecida del Guadalete. En su opinión, el “planeamiento municipal” es hacia donde se están enfocando todas las políticas europeas para paliar los efectos de las inundaciones, razonando que “no tendría sentido, máxime con la información de la que disponemos hoy en día, colocar determinadas edificaciones o determinados tipos de cultivos en zonas en las que sabes que se van a inundar con una cierta periodicidad porque están en lo que se llama vega de inundación del río”. Así, “si alguien pretende que con soluciones de infraestructuras de alto coste económico y ambiental vamos a resolver el problema de una zona que se llama vega de inundación, está enfocando mal el problema”, sentenció.
Lo cierto es que, por mucho que midiera sus palabras y sus expresiones, Fernández no había hecho sino desatar un temporal político que contó de inmediato con la respuesta de la alcaldesa de Jerez.


María José García-Pelayo consideró “muy graves” las declaraciones del delegado territorial y “una auténtica tomadura de pelo” culpar de las riadas al planeamiento urbanístico.  “Eso es como decir que los habitantes de la zona rural son animales que viven en cuevas”, afirmó García-Pelayo, calificando de “auténticas barbaridades” las manifestaciones de Fernández, además de una “falta de respeto a Jerez” y un “desprecio” a los ciudadanos de la zona rural que, en su opinión, pueden evidenciar que la Junta “ha tirado la toalla” en esta problemática.

Asimismo, la regidora advirtió que los campos que se han anegado estos días y que, según la Junta, “no perjudican a nadie”, se integran en “la mejor vega” de la comarca, por los productos que se cosechan y se venden y exportan por todo el mundo, por lo que consideró  dichas manifestaciones “erróneas” e “inoportunas”. En este sentido, tras advertir de que los jerezanos se merecen “una disculpa”, confió en recibir a lo largo de estos próximos días una llamada de la Junta para buscar soluciones definitivas a este problema, reivindicando la necesidad de que el Ayuntamiento conozca “el proceso de gestión de los pantanos” y el “mapa de inundabilidad”.
A este respecto, la alcaldesa volvió a colocar el dedo en la llaga de la cuestión que más escuece a la Junta: la gestión de los desembalses: “No se ha desembalsado agua adecuadamente”, dijo Pelayo, una sensación que  comparte con “quienes saben de esto”. Una postura que fue respaldada a continuación por el presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz, que ha anunciando la presentación en el Parlamento andaluz de una proposición no de Ley tendente a una reformulación del plan de prevención de avenidas e inundaciones y que éste se acompañe, además, de un programa financiero que garantice la ejecución de las actuaciones previstas.

El debate no ha quedado ahí, y del institucional se ha pasado inmediatamente al político puro y duro. El viernes, Juan Cornejo, secretario de Organización del PSOE-A, calificó de “carroñería política” las declaraciones de la alcaldesa y denunció que un asunto de este calado se aborde desde el PP “con una falta de respeto a las decisiones técnicas, con inexactitudes, con falta de rigurosidad y mintiendo a los ciudadanos, porque acusar a la Junta de que trata como animales a los ciudadanos que viven en la zona rural es carroñería política”. Incidió en que en un tema tan delicado “se tiene que ser mucho más respetuoso con quienes han tomado las decisiones técnicas y leal con las instituciones” y añadió que “se ha actuado técnicamente bien y han sabido administrar la llegada de las intensas lluvias”.

A renglón seguido,  el presidente provincial del PP, Antonio Sanz, ha exigido a la Junta de Andalucía que “deje a un lado las descalificaciones y los insultos” y se ponga manos a la obra para solucionar los problemas de los vecinos afectados por las inundaciones en la zona rural de Jerez de la Frontera. Sanz ha calificado de “indecencia política” la actitud del PSOE en este asunto y ha afirmado que “con insultos y agravios no se arreglan los problemas de estos ciudadanos”.
El dirigente popular ha aseverado que la actitud más coherente es la de “analizar la situación, ver dónde está el problema y darle solución para que los vecinos puedan estar tranquilos y seguros”.

El análisis

Al mismo tiempo, Federico Fernández ha pedido hacer un “análisis sereno de la situación” que, como se hiciera en el año 2009-2010, consistirá en la creación de un grupo de trabajo “técnico” en el que estén representadas todas las administraciones --Junta, Estado y Ayuntamiento-- para analizar lo ocurrido y adoptar las medidas oportunas para corregir la situación.
En este sentido, deja claro que la Junta va a dirigir su actuación a que “las inundaciones no afecten nunca a núcleos de población y que nunca esté en riesgo la seguridad de las personas”. 
   La “gran novedad” respecto a 2009-2010 es que ahora se cuenta con el estudio de inundabilidad del Guadalete, que “no está finalizado para toda la cuenca, pero tenemos la información suficiente para el ámbito del Guadalete bajo”, concretamente de la zona de Jerez.

“Sabemos dónde vivimos”

Mónica Castellet, delegada de Alcaldía de La Ina, trasladaba esta semana a los medios un escrito en el que apuntaba algunas cuestiones relativas a la crecida del río, como residente y afectada; entre ellas las relativas a los remedios que se pueden aportar, sin olvidar que se trata de una barriada ubicada en una zona con riesgo de inundación:
“Estos días los medios de comunicación de toda España, han situado Jerez  en el mapa y Las Pachecas, La Corta, El Portal y La Ina, se han hecho comunes en la sobremesa y en las conversaciones de millones de personas. Han buscado carnaza y cuando no la tenían han tirado de hemeroteca y han puesto imágenes de riadas pasadas. A muchos de esos medios, por no decir a todos, les hemos dicho, que por favor nos dejasen tranquilos y se fuesen a preguntar a otras personas: a los ingenieros, a las empresas de construcción, a los arquitectos, a los políticos que en última instancia firman terminaciones de obras sin comprobar los daños colaterales; había mucha gente a la que ponerle el micrófono y las cámaras, pero eso no “vende”, nos gusta la tragedia, preguntar tonterías a la gente que está desbordada (como el mismo río): ¿cómo ha dormido esta noche?,  ¿qué le parece el desagüe de los pantanos?, ¿seguirá subiendo el agua?...
El río Guadalete se va a seguir desbordando de vez en cuando, la culpa la tenemos TOD@S, pero ayudaría bastante arreglar algunas cosillas: impedir que sigan haciéndose construcciones en la llanura de inundación, limpiar el forraje del cauce y que la anchura del río sea la que tenía en un principio, quitar los rellenos que han reducido la caja del río, como pasa en las riberas entre los puentes de la autopista Sevilla-Cádiz y de la autovía de los
Barrios, y también frente a la antigua venta del Suspiro, etc.”

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