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San Fernando

"En los últimos años 'los vivos' te piden dinero por jugarte la vida"

Francisco Fernández Ramos, 'Fernández Ramos' como nombre artístico, busca la oprtunidad de torear con picadores en la Feria del Carmen. O en cualquier otra.

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Mantiene la  ilusión de los primeros años pero la vida le ha enseñado  que es muy difícil conseguir un sueño. Las cornás no lasda sólo el toro, sino que llegan de todos lados y él ya ha sentido el acero ardiente de las cuchilladas por la espalda. Tiene prisa y pide ayuda, porque en este mundo la edad no perdona y la adolescencia y la juventud se pasan volando. A cambio de la ayuda lo dará todo en la plaza. Hasta su sangre.

—Quiere torear con picadores. Necesita que lo pongan en el cartel.
—Mi intención es debutar con caballos para seguir avanzando en este complicado mundo del toro.

—¿Por qué es tan complicado?
—El número de festejos ha disminuido debido a la crisis, los más perjudicados son los novilleros y de los matadores que se quieren abrir camino, al no haber festejos en los pueblos, también lo tienen complicado porque antes de torear en ferias importantes tienen que cuajarse para seguir adelante. Donde antes daban novilladas con caballos, ahora las dan sin caballos o no dan novilladas. Está complicado.


—Y hay mucha gente esperando. Ahora hay escuelas taurinas y está más organizado, pero siempre ha estado igual.
—Ahora gracias a las escuelas se puede torear un poco más sin caballos, lo que pasa es que cuando quieres torear con caballos, si no tienes una persona que te apoye incluso económicamente, te quedas estancado. Que es mi caso.

—¿Quién decide que tiene que torear con caballos?
—Lo decido yo. Puedo seguir sin caballos pero no voy a tener la misma ilusión porque veo que no voy a seguir avanzando y porque me veo preparado, mentalizado y con más ilusión.

—¿Y en la escuela qué le dicen? ¿Lo ven preparado?
—Me ven preparado, claro.

—Pero en la escuela termina, por decirlo de alguna forma, la enseñanza y a partir de ahí empieza el camino de quien quiere vivir de los toros.
—Del profesional.

—Y ahí necesita un apoderado.
—Por lo menos una oportunidad para que puedan verte, que es lo que yo intento, que me pongan y que yo me la juegue. Si hay un hombre que me vea cualidades y se interese por mí…

—O sea, que el apoderado viene después. Primero es demostrar la valía, aunque en el mundo del toro lo tiene que estar demostrando siempre porque depende de muchos factores.
—Exactamente. Lo importante es que en ese momento te vea esa persona que quiera seguir contigo y que te tire para adelante. También influye la suerte. 2011 fue un año importante para mí porque empecé a dejar de torear un poco por aquí que era donde más toreaba por estar en la escuela, y hubo un amigo que intentó echarme el cable por ahí arriba. Me puso en bolsines, iba clasificándome en los primeros puestos pero a causa de un percance perdí tres novilladas en pueblos buenos, bien situados y con las condiciones normales, sin costarme dinero y pagándome mis gastos, que tampoco es fácil desde que estamos en crisis. Me partí la clavícula y estuve dos meses y medio parado.

—De los bolsines hemos oído hablar porque los han ganado chavales de San Fernando y de Chiclana. ¿Qué son los bolsines? Concursos,creo.
—Concursos que empiezan la fase de clasificación en tentaderos, con vacas, y enla semifinal te ponen en una novillada.

—Sin picadores.
—Sin picadores.

—O sea, que ahí hay una barrera en todos los ámbitos. De todas forma, en la zona del centro de España se dan más oportunidades que aquí, tengo entendido. Yo la escuché nombrar como la ‘Ruta del miedo’.
—Por Ávila está el Valle del terror, y en Madrid ya son novilladas más cuajadas, se exige más y las ganaderías son duras. Yo, en 2011, toreé en un pueblo del Valle del terror y llegué a la plaza de un pueblo, como si se hace en la plaza del Rey, echan albero o arena y ponen palos atravesados para los burladeros. Recuerdo que me echaron un utrero, cuando sin caballos lo normal es que toree con novillos de dos años. El novillo tenía tres años, en punta… ¡un tío era! Y además con el viento de cara, lloviendo… una tragedia. Lo que quiero decir es que allí es más complicado porque hay que estar más preparado porque te sueltan novillos de 400 kilos para arriba.

—Yo he visto soltarle a un novillero un toro de 600 kilos. Y no me extrañaría que estuviera toreado.
—No será muy reciente.

—No, hace bastante tiempo. Ahora las cosas están más controladas porque ha habido percances serios. Pero lo cierto es que el mundo del novillero en esa ruta es prácticamente una lotería, que va a vida o muerte porque en muchos casos, aunque en los pueblos cuenten con las medidas de urgencia necesarias, a veces están demasiado lejos de un hospital cuando se trata de una cogida grave.
—Sí.

—Sin embargo, se van allí.
—Es que no queda otra porque aquí lo cogen más las escuelas, que lo veo bien. De Despeñaperros para arriba, además, hay más pueblos, hay más gente que monta festejos y son más animados y van más a los toros.

—Y son más toristas. Toro grande, ande o no ande.
—Ya le digo que las novilladas sin caballos, de 400 kilos para arriba. Hay que ir preparadito.

—¿Qué hace que un joven decida ser torero. Por que estar en la escuela taurina es quitarse de la calle, de estar con los amigos, estar en forma, cuidarse, prepararse… Prácticamente es una renuncia a la adolescencia a cambio de una ilusión que no se sabe si va a salir bien ni siquiera teniendo oportunidades de torear. Se puede estrellar en cualquier momento.
—Cuando se empieza se hace con ilusión y con los pajaritos de que va a ir avanzando y en tres años va a ser matador de toros. Pero claro, cuando conoces este mundo en profundidad, vas madurando y te vas encontrando con situaciones que te hacen darte cuenta de que también hay malas personas, te vas haciendo más fuerte. Pero la ilusión se mantiene mientras te ves preparado, con cualidades y mentalizado de tus limitaciones. Y entonces tú eres el que decides hasta dónde quieres llegar.

—Por que la frase “más cornás da el hambre”, en el mundo taurino las cornás no las da sólo el toro.  Hay muy mala leche.
—Eso es lo que te va haciendo madurar.

—¿Le han dado muchas cuchilladas por la espalda?
—Sí.

—Más que cornadas.
—Más. Cornadas no tengo ninguna. Tengo aquel percance y unas pocas volteretas, pero…

—¿Y qué pasará el día que lo coja un toro? Eso no lo sabe todavía.
—No.

—Hay gente que sigue para adelante, por ejemplo, Padilla, lo que es comprensible. Si se ha partido la cara por el toro lo normal es que siga en el toro con la cara partida, que es su mundo.
—No sé. Ese momento creo que  les llega a todos, pero estando bien mentalizado… Te afectará, si ha sido muy fuerte dirás que lo mismo no llego a nada y me he llevado este cornalón. No lo sé, pero creo que la ilusión lo supera todo.

—El torero está hecho de una materia distinta al resto de los mortales. De una cornada de 20 centímetros se curan en diez días y a los quince ya están toreando.
—Yo creo que es la mentalización, algo que se lleva desde que empiezas. Porque cuando empiezas te vas llevando volteretas, al día siguiente te duele todo y estás entrenando otra vez, lo vas superando poco a poco hasta que llega el percance más grave. Pero ya estás mentalizado para eso porque sabes que en cualquier momento te puede llegar.

—Con independencia de la preparación física que hace que cure más pronto. ¿Cuándo comienza a sentirse miedo? ¿Cuándo le anuncian que va a torear, cuando está en la puerta o cuando mata al toro y termina?
—Cuando más miedo paso es en el patio de cuadrillas. Cuando te anuncian  tienes la ilusión de estar anunciado, pero cuando se pasa miedo es en el patio de cuadrillas.

—Antes de verle la cara.
—Sí. Cuando no sabes cómo va a salir la tarde.

—Una vez que está en la plaza, ¿nota al público?
—No. La música pocas veces la he escuchado

—¿Pero porque no han tocado?
—La han tocado pero estoy más pendiente de las cualidades del toro, en que hacerle… Estoy pensando más en el animal que en lo que es la música y la gente. Cuando sales de una tanda buena y ves a la gente aplaudiendo, se nota, pero yo no lo noto tanto.

—Dos formas de torear. La de Enrique Ponce, el maestro, el dominador de la técnica, la elegancia, y José Tomás, el hombre que se mete donde no debe meterse, en los terrenos del toro.
—Enrique Ponce.

—¿Qué le ve a José Tomás?
—A José Tomás le veo muchas cosas y es muy listo aparte del valor que tiene.

—Lo que tiene se lo ha ganado con sangre, eso es evidente, pero también hay que ser muy inteligente para superar todas esas cornadas.
—Superar y hacer lo que hace, pedir las condiciones que pide. Yo creo que es muy inteligente.

—Pero como torero, ¿no cree que el torero lo que tiene que hacer es torear en vez de meterse en los sitios del toro?
—Yo he visto a José Tomás tras reaparecer y está toreando muy bien. Está más paraíllo. Muy despacio con el capote… Que hay que tener mucho valor.

—Lo más cercano es poder totear en la novillada con picadores de la Feria del Carmen.
—Sería lo suyo. Ojalá. Sería una oportunidad que no creo que desperdiciara.

—Pero no viene de la escuela de San Fernando, aunque es de San Fernando.
—Aquí di mis primeros muletazos. Luego en 2009 me fui a la escuela de La Gallosina de El Puerto y allí permanecí hasta 2011.

—Con José Luis Galloso. Otro torero que marcó estilo. Usted ya no quiere ni contrato, simplemente que lo pongan.
—Que me pongan y yo pondré lo que haga falta.

—Porque ustedes tienen que poner dinero para torear.
—En estos últimos años te piden dinero los que yo llamo los “vivos”. Te piden dinero por jugarte la vida, o bien dinero para poder torear o que costee los gastos, que en una novillada con caballos pueden rondar los 3.000 euros. De ahí para arriba.

—Pues que lo pongan y que no le cobren dinero. Y luego, como se suele decir, el toro pone a cada uno en su  sitio.
—Esperamos. A ver si cae esa breva.

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