Suena una canción infantil. Milagros, la tutora, rodeada de pequeñajos, canta y gesticula a la vez. Los niños cantan y bailan y gesticulan. Son 25. De ellos, tres son sordos. Lo supe cuando me dijeron quiénes eran, porque hasta entonces lo que vi fue a 25 niños disfrutando de su clase de primero de Infantil. Todos por igual.
Es un ejemplo práctico del trabajo didáctico que se desarrolla en el Colegio Público de Prácticas, donde, tradicionalmente, los niños con problemas auditivos han desarrollado sus capacidades iniciales. En la actualidad, el centro, que acoge las etapas de 2º ciclo de Infantil y Primaria, tiene a unos 600 alumnos, de los que 12 tienen problemas de audición. Pero gracias al método de enseñanza-aprendizaje que se aplica, no tienen ningún problema de integración y se les está dotando de las herramientas necesarias para la adaptación comunicativa con todo su entorno.
Esto no sería posible si como eje transversal de todo el planteamiento curricular del centro no estuviera la atención a la diversidad, que toma forma gracias a la labor coordinada entre los cuatro especialistas en audición y lenguaje, los tutores y los monitores.
Maribel Jiménez es las directora del colegio, y explica a Viva Huelva que desde el primer momento, los niños hipoacúsicos son integrados en grupos ordinarios: “Parte del horario están en clase con los demás niños, y otras horas reciben un tratamiento especializado”. Pero el esfuerzo de la comunidad docente del Colegio de Prácticas no se queda en estos niños, ya que los tutores y monitores también trabajan para que el resto de compañeros aprendan el lenguaje de signos. Así, los especialistas trabajan para que los niños que han aceptado el implante coclear desarrollen la escucha y el habla, y a aquellos que no tienen capacidad fónica se les enseña el lenguaje de signos. “Trabajamos para que que todos los niños aprendan el lenguaje de signos, y te aseguro que logramos una perfecta integración en las clases. Todos están absolutamente normalizados”, celebra la directora.
Asimismo, Maribel Jiménez, enfatiza la “importancia del trabajo tanto de los especialistas como de los tutores de las clases en la que están integrados los niños”, adaptándose las actividades para que no haya ninguna diferencia en la formación inicial de los pequeños.
Para ello, también ha contribuido el avance tecnológico. Flores Luna lleva 38 años desarrollando la profesión de especialista en audición y lenguaje, y explica cómo se ha ido progresando tanto en los aparatos como en los recursos pedagógicos ligados a ellos, a lo que se añade que hoy día “la edad de comienzo de una rehabilitación es muy temprana, ya que la prueba de diagnóstico es muy precoz, casi nada más nacer”.
Y del inicio de la rehabilitación al inicio y desarrollo del aprendizaje. Gracias, en este caso, a la coordinación didáctica de los profesionales del Colegio Público de Prácticas de la capital onubense: Isaías Vázquez, Amparo Ramos, Concha García, Flores Luna (especialistas en audición y lenguaje), Milagros Sánchez, Lupe Rodríguez, Lali Escala, Lola Feria, José Manuel Griñolo (tutores), Amor Rodríguez (monitora) y Maribel Jiménez (directora del centro). Ejemplo de una educación adaptada para que el desarrollo social de los niños sordos sea, simplemente, normal.
Después de pasear una mañana por este centro educativo, salgo convencido de que estos objetivos se logran cuando el oído, como todo en esta vida, se enseña de corazón.
Huelva
El oído se enseña de corazón
Puesta en valor del trabajo que se lleva a cabo en el Colegio Público de Prácticas con los niños con discapacidades auditivas
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