La empresa sevillana Pickman-La Cartuja reproduce la vajilla del Titanic que se creó para la tercera clase como homenaje al primer objeto recuperado del “buque de los sueños” en el fondo del mar por el pesquero español Paquea Loureans.
Aunque fuera Robert Ballard el descubridor de los restos del mayor transatlántico de la historia, la vida deja a veces casualidades inesperadas. Esto fue lo que le ocurrió a Antonio Varela, el patrón del pesquero gallego Paquea Loureans, quien un buen día, cuatro años antes del hallazgo de los restos del buque inglés, faenando en la mar, recoge con sus redes un plato perteneciente a la vajilla de la tercera clase del famoso Titanic.
Sin conocimiento de lo que tenía en sus manos, Varela le regaló la pieza a su hijo Toni, quien durante muchos años lo utilizó como utensilio para las comidas e incluso como juguete de su hijo de cuatro años, Tony.
Casi 20 años más tarde, Toni Varela decide visitar la exposición del Titanic en la Coruña y cuál fue su sorpresa al darse cuenta de que el plato que utilizaba como un utensilio de cocina y que había sobrevivido milagrosamente a los embistes del tiempo, era en realidad un pequeño tesoro histórico.
Por ello, la Fundación Titanic encargó a Pickman-La Cartuja la reproducción de la vajilla de la tercera clase para homenajear al que fue el primer objeto encontrado del barco más famoso de la historia y que ahora se encuentra en la exposición del propio barco como una de las piezas más valoradas.
Según la fundación, la elección de la empresa se debe a la calidad y prestigio internacional de sus productos. La vajilla, que consta de 24 piezas de “Loza Liverpool” y que está decorada con el logo y sellos de garantía se pone a la venta hoy a un precio de 190 euros en los mejores establecimientos de menaje y cocina o a través de la web oficial de la fundación: www.latiendadeltitanic.com
