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Pierde su trabajo y a su novio de toda la vida por una tuberculosis que nunca padeció

Una gaditana de 36 años deberá ser indemnizada por el SAS con más de 24.000 euros tras haberle sido diagnosticado por error en el Puerta del Mar una tuberculosis pulmonar multirresistente que le obligó a ingresar en la unidad de infecciosos durante 22 días y a ingerir medicamentos que no necesitaba

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  • El Puerta del Mar -

Una gaditana de 36 años deberá ser indemnizada por el SAS con más de 24.000 euros tras haberle sido diagnosticado por error en el hospital Puerta del Mar una tuberculosis pulmonar multirresistente que le obligó a estar ingresada en la unidad de infecciosos durante 22 días. El Bufete Ortiz Abogados informa que además del daño moral, la joven perdió su puesto de trabajo e incluso "fue abandonada por su novio de toda la vida".

El despacho Ortiz, especialista en derecho sanitario y negligencias médicas, anuncia que el Juzgado de Primera Instancia número 4 de los de Cádiz, ha dictado Sentencia con fecha 11 de septiembre del corriente por la que estima parcialmente la demanda, y condena a Zurich como aseguradora del SAS a indemnizar a la joven gaditana con la cantidad de 24.673,04 euros más los intereses recogidos en el artículo 20 de la LCS.

Los hechos se remontan a finales de mayo de 2012, cuando M.M.M.C de 36 años y natural de Cádiz se le realizó una prueba de tuberculina mediante la prueba de Mantoux en su Centro de Salud del Mentidero. Uno de los cultivos del esputo dio positivo, lo que determinó que fuera diagnosticada de tuberculosis pulmonar multirresistente, por lo que la paciente fue hospitalizada en el Hospital Universitario Puerta del Mar, en la unidad de infecciosos, en aislamiento, el 23 de agosto de 2012.

Sin embargo, ante la disparidad entre el resultado analítico del cultivo y la ausencia de manifestaciones clínicas y radiológicas se le da el alta el 14 de septiembre. Y constatada la inadecuada identificación de la muestra de esputo, dado que al tomar los cultivos de mycobacterias de las muestras tomadas por fibrobroncoscopio, alguien del laboratorio, al parecer, se equivocó de tarro, y tomó la muestra que pertenecía a otro paciente, la cual fue positiva, presumiendo por error, que esa muestra correspondía a nuestra paciente.

Ello llevó al consiguiente error de diagnóstico y a un aislamiento de 22 días en la unidad de infecciosos del Puerta del Mar en la que "le atiborraron" "con un tratamiento antibiótico fortísimo que no necesitaba porque estaba sana.

Como se hace constar en el informe del Jefe de la UGC de Medicina Interna del Hospital de 21 de noviembre de 2012, “la paciente recibió, por tanto, un tratamiento que no necesitaba durante varias semanas, y estuvo expuesta a sus efectos adversos. Como consecuencia de ello ha tenido que estar hospitalizada y aislada, se le ha facilitado una información que probablemente le ha preocupado ostensiblemente (la tuberculosis es una enfermedad muy grave que mata a las personas) y ha recibido una terapia con riesgos potenciales”.

En el dictamen médico del SAS emitido ante la reclamación patrimonial se concluye que, efectivamente, "durante el estudio de la paciente se produjo un grave error, consistente en la negligente actuación del personal sanitario del Laboratorio del Hospital Puerta del Mar en la identificación de las muestras de esputo, al equivocar los tarros de muestras”.

En cuanto a la indemnización y secuelas, conviene poner de manifiesto que como reconoce la sentencia, la paciente, aparte de los días de hospitalización e impeditivos, prescritos por su médico de familia, padece secuelas propias del tratamiento tan agresivo, como rash cutáneo, trastornos menstruales, ansiedad y candidiasis oral y vaginal. Significativamente, entiende la sentencia que la paciente ha sufrido un grave daño moral, que cifra en 20.000 euros, consistente en, como indica el perito de la actora un enorme trastorno personal, familiar, laboral y social, ya que la joven perdió su puesto de trabajo, al estar tanto tiempo hospitalizada en infecciosos, e incluso, la abandonó su novio de toda la vida.

A ello hay que sumar el sentirse como una “apestada” al estar convencida de que está contagiada de tuberculosis, y el llamado “miedo a la muerte” dado que todo el mundo es consciente que la tuberculosis pulmonar multirresistente tiene un elevado coeficiente de morbilidad y está considerada como una de las enfermedades más graves que se pueden adquirir. Después del alta hospitalaria, incluso, la joven gaditana siguió  durante muchos meses medicándose con Lexatin en dosis altas.

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