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Miércoles 03/07/2024  

Jerez

“La única forma de vencer el odio es con amor ”

Santiago Cordero recopila en un libro su experiencia tras la "traumática y difícil" pérdida de su trabajo tras ser incluido en el ERE del Ayuntamiento

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  • A las puertas del Ayuntamiento -

Un hombre y sus crisis. Un camino enriquecedor.Un relato escrito y vivido por más de ciento cincuenta amigos. Santiago To Santiago, un libro de Santiago Cordero, periodista y afectado por el ERE municipal, que se presentó el pasado jueves.

— Santiago To Santiago
— El libro es la culminación de una experiencia en un primer momento  traumática, difícil, como es la pérdida de un trabajo, la entrada en el ERE, ya que fui uno de los doscientos sesenta y seis afectados por el ERE en el Ayuntamiento de Jerez,  pero bien podría haber sido una ruptura sentimental, una enfermedad de un familiar o el fallecimiento de  alguien conocido.  
Santiago Cordero tiene 45 años  y “me encanta decir que soy del Pelirón. Soy de Jerez, el de las papas enteras que diría Paula, pero soy del Pelirón y siempre lo digo”. Periodista vocacional “a los 18 años me escapaba de la Universidad para coger un micrófono y a partir de ahí fui periodista de vocación, empezando a través del deporte” y universitario ya que “retomé los estudios, hice Ciencias Empresariales, hago la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas y luego un master en Gestión de Empresas Agroalimentarias”. Una preparación que contrasta con “lo que dijo Saldaña de que habíamos salido los que no estábamos preparados”. Casado “con dos hijos maravillosos, un niño, Luis, que cumple 16 años y María, con 14, una mujercita guapísima”. Se siente afortunado porque “tengo a mis padres con vida y son uno de mis grandes pilares” y  también se siente “xerecista de convicción, sin más apellidos”.  Ahora ha escrito un libro nacido de un debate de sentimientos...
— En la vida se presentan momentos en los que aparentemente ibas por una autopista y de buenas a primeras te encuentras que estás en una vereda llena de baches y sin asfaltar. Esos son los momentos de crisis que, desgraciadamente, están tan de moda en nuestro país, con seis millones de parados. Y, a partir de ahí, el libro no es más que fruto de un camino, evidentemente, y del amor. 
— ¿De qué amor?
— Cuando me despiden, sin encontrar explicación alguna, de hecho eso todavía se está juzgando, cuando veo que eso afecta al porvenir de mis hijos, cuando veo que no había motivo alguno, un año después sigue sin haberlo, cuanto te ves impotente y sabes cuáles son los culpables y les pones rostro y nombre, en este caso la alcaldesa de nuestra ciudad, te cargas, te llenas de odio. Es humano cargarse de odio cuando sabes que te han hecho daño y quiénes te lo han hecho. Y yo soy una persona que por condición, por carácter y también por educación, la educación de mis padres, el odio ha sido algo que  he intentando siempre descartar de mi vida.
Habíamos quedado para tomar un café, justo a las mismas puertas de ese Ayuntamiento que un día, sin esperarlo, le despidió. De verbo fácil, Santiago Cordero hablaba sin prisas pero sin pausas de una vivencia que tuvo un punto y aparte en una tarde cualquiera, a una hora cualquiera, de un verano de Jerez.
— Hace aproximadamente un año y algo, a finales de agosto de 2012, dando un paseo por casa, por la barriada, con mi mujer sentí unas ganas tremendas de irme andando a las puertas del Ayuntamiento y esperar que saliese quien fuera de los culpables para atacar con ese odio con el que a mí me habían echado, devolverle la misma moneda. En ese instante, en ese mismo instante, descubrí que había tocado fondo, que la ira me embargaba, que no me reconocía. Justo en ese momento y no sé por qué, porque no era una cuestión ni religiosa ni metafísica, le dije a mi mujer que me iba a hacer el camino de Santiago.
— Ahí empezó el libro.
— Tarde dos semanas en irme, No lo preparé, ni sabía qué es lo que había que hacer. En principio iban a ser diez días y acabé haciendo 800 kilómetros en un mes, empezando por el camino francés, en el último pueblecito de Francia, en San Jean de Pied de Port, antes de llegar a Roncesvalles. Y comencé una experiencia muy enriquecedora. Yo pensaba hacerlo solo, y como tal lo hice, porque me fui solo de Jerez y volví solo, pero compañeros, afectados por el ERE, me pidieron que fuese comentando la vivencia a través de las redes sociales. Me negué al principio porque quería vivir ese momento solo, me encontraba muy mal, me imagino que los demás también,  y no quería comentarlo con nadie. Pero cuatro o cinco horas antes de partir,   una de esas intuiciones que se nos dan en la vida, me hizo decir que por qué no. Decir y contar cosas como las que yo contaba en aquel momento cuesta, porque empiezas a desnudarte ante la gente, empiezas a contar que eres una persona con problemas, con dificultades, con fragilidades y eso es un ejercicio que cuesta.
— ¿Y así nace en Facebook el evento Santiago To Santiago?
— Sí. Me gustaba el nombre. Somos periodistas y son titulares que nos gusta buscar. A partir de ahí se fueron sumando a ese camino, a través de comentarios o de me gusta, más de ciento cincuenta personas. Fue un proceso de enriquecimiento individual, personal, pero a la vez colectivo. Todos fuimos aportando en ese viaje, de tal forma que ese odio con el que empecé a caminar se fue transformando en amor. Esa es la frase que yo resumiría ahora mismo en mi vida. Son momentos en los que hay mucha crispación social, mucho dolor en las calles, hay pobreza, hay mucha conflictividad y hablar de amor en estos tiempos parece fuera de contexto. Pero, curiosamente, al odio, como a mí me pasó, se puede reponder con odio, se puede combatir con odio, pero la única forma de vencer el odio es con amor. ¿Que estoy enamorado de la alcaldesa? Evidentemente, no...
— Ja, ja, ja...
— Pero sí estoy enamorado de la vida, de mis hijos, de mi mujer, de mis amigos, del periodismo, de la literatura, de mis padres. Creo que es los que queda porque solo vivimos una vez, al menos con este nombre y estos apellidos, y cada día que estemos llenos de odio yo creo que es un día perdido.  
— ¿Ese es el camino?.
— Un camino que culmina con una liberación en todos los aspectos. Yo, desde Santiago de Compostela, le envié una carta certificada, que imagino que llegó porque Correos, afortunadamente, funciona muy bien en este país, a la alcaldesa de Jerez, carta que un año después no  ha sido contestada, ni espero contestación, pero en el fondo descubres que independientemente que los tribunales dictaminen justicia, independientemente que las elecciones pongan a cada uno en su sitio, esas son historias que están ahí. Mi vida no puede estar condicionada por el odio. Aunque no entienda, aunque no comparta lo que se ha hecho conmigo o con mis compañeros. Esa carta es la liberación pública, porque también la publiqué y viene, lógicamente, en el epílogo del libro. El resumen sería, poco más o menos, que yo lo que le deseo a la alcaldesa y a su equipo de Gobierno y a sus familiares, a la hija de la alcaldesa, es que nadie en la vida las trate como ella nos ha tratado a nosotros. Aquí se cierra ese capítulo y a seguir viviendo en busca de la felicidad, que es muy difícil, no es la felicidad absoluta estar riendo, No se trata de eso, se trata de buscar esos momentos, esa comunión contigo mismo, que es lo que vas a transmitir a tus hijos, a la gente de tu entorno.
— ¿Para quién está escrito el libro?     
— Puede decirse que es un libro para mí. Porque cuando regreso del Camino y, a pesar de ese momento de euforia, de satisfacción, de que el amor es la respuesta...luego vuelve a venir el bajón. Te topas con la realidad. Sigues en el desempleo, hay gente con problemas, amigos que fallecen. Cuando empecé a releer  cuatro meses después los comentarios, mis propios comentarios, algunos incluso me avergonzaban en el sentido de que son tan emocionales que le decía a un amigo que parecía que iba borracho cuando escribía ese tipo de cosas. Era  la adrenalina que ibas soltando. Luego a mí me emociona, y creo que emocionará  a todos los que lo lean, cómo la gente se solidariza, se mueve y saca de tí lo mejor que tienes cuando ves que alguien necesita ayuda.
— ¿Te ha ayudado el libro? 
— El libro ha servido para ayudarme y, luego, todo aquel que viva su particular crisis, sea de desempleo, de una desilusión familiar o sentimental, a todo el mundo de alguna manera le puede ayudar, puede verse reflejado. Me decía una amiga que a veces hay cosas tan vulgares, en el buen sentido de la palabra, en el libro que todos nos sentimos en cierta forma identificado.   
— ¿Te has identificado, al escribirlo, con ese periodismo de batalla del que un día te alejaste?
— Sin duda. Quizá ha habido una vuelta de tuerca. Yo iba andando día a día, eran siete u ocho horas, te levantas temprano, y escribía al final de la jornada, a las cinco o las seis de la tarde, y casi era una especie de entrevista a mí mismo. En ese aspecto sí he tenido que ser muy analista, he tenido que apartarme de la locura que estaba viviendo y hacerme la pregunta adecuada. En ese sentido sí puede haber un regreso a los orígenes de nuestra profesión, que es preguntarnos cosas.
Fue Ignacio Estrade “el que me dio el primer micrófono en Radio Arenal, de la Cadena Rato, hoy Onda Cero. A los dos meses, un querido compañero de la profesión, ya fallecido, Eduardo Rinconada, amigo de la familia, contactó con Manolo Morales y entro en Cope, donde realmente me formo”. Dios años en Jerez y “Andrés Cañadas me da la opción de irme muy jovencito, con 21 años, como director de Deportes a Cope Cádiz. Vivo un año maravilloso en Cádiz, aunque a tí no te guste el amarillo, me recorro todos los campos de Primera”. Aún la mili era obligatoria, la cumplió y al regreso “me vengo a Onda Jerez que es donde desarrollo el crecimiento y la madurez profesional. Conozco la televisión, hago colaboraciones en Diario 16 y alguna crónica de deportes en ABC y de Onda Jerez paso al Gabinete de Comunicación del Instituto de Promoción, hoy creo que es delegación de Fomento o algo así, y hasta que llegó el ERE vinculado al Ayuntamiento en temas de comunicación”. Y ahora el futuro que aguarda a un profesional de 45 años.    
— ¿El futuro? Estoy pendiente del dictamen del Supremo sobre el ERE. Reflexionando sobre la normativa actual, igual que ahora nos llevamos las manos a la cabeza con la Ley Parot y este tipo de cosas, el desempleado en juicio está en una especie de purgatorio. Ni estás en el cielo, con empleo, ni en el infierno, porque estamos desempleados pero, en esta situación en la que es muy difícil conseguir trabajo, si yo me pusiese al cien por cien a buscarlo, que es muy difícil, me toparía que si el dictamen del Supremo sale nulo, que es lo que espera todo el mundo, yo tengo que reingresar sí o sí, no me dan la opción de decir no quiero, indemníceme y me quedo fuera. No. La Ley dice que entras porque es nulo. Diría que teníamos toda la razón y éramos tan buenos y teníamos tanto la razón que te impiden decir lo que quieres hacer. Por eso mismo, desde el punto de vista profesional estoy en una especie de compás de espera, lo que me está sirviendo para cultivar esta otra faceta. He estado un año casi volcado con el libro. No es un trabajo profesional, pero sí un avance en mi carrera y, en esa línea, estoy explorando campos, campos a través de ese periodismo con interacciones, redes sociales y demás. Tengo algunos compañeros que en estos tiempos que corren, parece una osadía decirlo, tienen un espíritu emprendedor brutal en esta propia ciudad, en la que tan difícil están las cosas, y ojalá en unos meses pueda estar de una forma u otra implicado en esos proyectos empresariales de los compañeros. 
— Volver de donde te han echado debe ser muy duro.
— Sigo diciendo que, a veces, tengo que releer cosas del libro porque el odio está al acecho, para entrar por cualquier poro de nuestro cuerpo. El odio intenta entrar una vez y otra, una vez y otra. Sí sería difícil. Para mí sería muy complicado pero voy a contar con la palabra de la alcaldesa que ha dicho que de ninguna de las maneras vamos a volver a entrar. Yo creo que, con ese tipo de declaraciones, ella está cargada de odio. Vamos a esperar acontecimientos. Si es improcedente ha prometido indemnizarnos y no readmitirnos y si es nulo habrá que acatar la decisión y yo, a través de mi abogado, si hay alguna posibilidad de negociar o pactar la salida la voy a pactar porque, ni con ella ni con ninguno de los que vengan, quiero estar. Ya mi experiencia profesional en el Ayuntamiento creo que ha terminado y hay que mirar el futuro. Prefiero intentar buscar la felicidad con un plato de lentejas que ser un amargado con un plato de langostinos. 
— ¿Entiendes que con tanta gente que han echado de tantos sitios, con tantos problemas que existen, incluso los que estamos trabajando, con la situación actual que estamos viviendo la gente no tome la calle?        
— Creo que esta sociedad está narcotizada, estamos drogados. Hay un libro, que para mí se adelanta en el tiempo, que es Un Mundo Feliz, de Aldoos Huxley. En ese caso era una pastillita, que le llamaba soma, que era la que drogaba cuando alguien se ponía farruco. Aquí es el propio sistema capitalista. Es decir, langostinos a 6 euros, televisores de plasma...Hemos vivido de una forma tan capitalista que todavía la gente prefiere sobrevivir con cuatrocientos euros a reivindicar una higiene en los comportamientos sociales. Una higiene política. Hace falta una regeneración absoluta no un maquillaje y que la gente se movilice. Es curioso, Ángel, bajo mi punto de vista y me ha dado mucho tiempo de pensar en este tipo de cosas. ¿Por qué?. La gente prefiere malvivir con 400 euros ante de tomar las riendas de su destino y jugarse perder esta vida luchando por las próximas generaciones. Nos han educado egoístas. Somos gente que con pequeños regalitos consideramos que somos felices. El reloj, tres meses después un fin de semana en un apartahotel, tres meses después una cena y eso es, tristemente, lo que la sociedad de consumo ha traído. Te puedo decir que en el Camino de Santiago una de las grandes lecciones es que con tres camisetas, dos calzoncillos, un litro de agua de una fuente y un trozo de pan y andar mucho, llegas riéndote a los sitios, abrazando a la gente...
El libro fue presentado en Bodegas Maestro Sierra y ya se encuentra a la venta.
 

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Este enlace en el que se puede descargar gratis el ebook

 

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