Damien Perquis estará alrededor de seis semanas de baja tras hacerse oficial por parte del cirujano maxilo-facial, Fernando Manso y el jefe de los servicios médicos del Betis, Tomás Calero, el diagnóstico de la doble fractura en la mandíbula que el futbolista bético se produjo el pasado domingo en La Rosaleda ante el Málaga tras un choque fortuito con el jugador camerunés, Fabrice.
Después de completar con gran éxito la operación, ambos médicos atendían a los medios presentes para conocer los resultados y las condiciones que al central franco-polaco le tocó vivir.
El doctor Manso, explicaba así los detalles de la lesión y los pormenores de la rehabilitación junto a Calero, a la que deberá someterse el futbolista: "Es una lesión no frecuente. Le hemos realizado un bloqueo de la oclusión dental y en una semana esperamos retirárselo. Tendrá que alimentarse con todo triturado y en un mes y medio debe queda todo resuelto”, comentaba.
Para el cirujano, la rapidez con la que se procedió sobre el césped fue clave: "Destaco la actuación de urgencia de los servicios médicos por tratarse de una conmoción cerebral y el hecho de que no se le haya intervenido antes no es problemático ya que no son fracturas de urgencia inmediata”, manifestó.
A la intervención de Manso le siguió la del doctor Calero, quien matizó una serie de elementos y cómo presenció en primera persona aquel instante con Perquis tumbado en el terreno de juego: "El traumatismo fue grandísimo. Sin duda ha sido la conmoción craneal más fuerte que he tenido en toda mi carrera. No es agradable ver a tu jugador en una situación tan extrema. No sabíamos dónde había recibido el golpe. Pasamos una hora de angustia bastante importante. Tardó 35 minutos el jugador no tuvo una lucidez completa. El futbolista tendrá la boca cerrada durante 50 días y modularemos tanto la carga de trabajo como la ingesta de alimentos. Perderá peso aunque no más de cuatro kilos”, concluía.
