Comenzó siendo una merienda, pero se transformó con el paso de los años en un suculento desayuno otoñal. Muy dulce. Con alumnos y profesores, y también con los padres. Con productos autóctonos y de temporada. Y es por ello que este miércoles se dieron cita en el colegio Juan de la Rosa las castañas de una de las principales zonas productoras como es la Serranía, las nueces y almendras, los membrillos o la calabaza, transformados en ricos bizcochos y galletas, tartas o dulces empanadillas. En formas diversas, desde una casa de colores llenos de sabor, a una serpiente enrollada con sabor a bizcocho de chocolate; desde modernos cup cakes a exportadas galletas macarons cuyos nombres de seguro les resultaría difícil pronunciar no sólo a los muchos abuelos que participaron de la actividad, sino a cualquiera de las varias decenas de padres, alumnos y profesores que participaron en el singular evento.
La ‘Fiesta de los Sentidos’, que es como una de las profesoras organizadoras, Esther Cabrera, vino a definir el encuentro, no es sino una gran convivencia: “Previamente, durante quince días, hemos hablado a los alumnos sobre los productos del otoño, sobre cómo transformarlos en recetas que después se realizan en las casas”. Y es que la cita, refiere la directora del centro, Marisa Martínez, persigue “que las familias formen parte también de nuestra labor en el colegio”. Así, se pide a los padres que elaboren con la colaboración de sus hijos los dulces que después se acaban sirviendo en el centro durante el encuentro.
Para completar esta actividad, el centro publica fotos no sólo del evento sino, lo más importante, de los productos utilizados y del proceso de elaboración en casa de las recetas, en un portal en internet con esos pasos a seguir para poder hacer cada uno de los dulces, a elegir por quien desee, de dentro o fuera del centro, si es un padre incluso el que más le gustó de la particular degustación escolar. Son niños de los cursos más pequeños los protagonistas de este desayuno.
Con guirnaldas de hojas en color ocre, recogidas del suelo tras la llegada del otoño, el Juan de la Rosa se mezclaba este miércoles en su patio más cercano a la cornisa del Tajo con la belleza de la Serranía. ‘Otoño’ rezaba en un gran cartel a la entrada de la fiesta; un mural con fotografías daba la bienvenida a los padres: “Hay preparaciones muy buenas, y con una presentación exquisita”, aseguraba uno de esos padres, Antonio, además experimentado cocinero de nuestra ciudad. Preparó junto con su hija unas ‘delicias de otoño’, con forma de bizcocho de zanahoria y calabaza envueltos en coco rallado. “Es estupendo participar en una convivencia así”, apostillaba Marichu, quien preparó en casa para llevar al colegio un muffin gigante de albaricoque.
“Los más pequeños se quedan tristes cuando se marchan sus padres”, atestiguaba la directora tras la fiesta.