CD San Fernando, víctima de otras muchas cosas extradeportivas

Los que menos culpa tienen serán los que paguen los platos rotos de cualquier situación que se derive del impago de los pagarés; esto es, la afición que siempre está dispuesta a dejarse la piel por el club de sus amores y obviamente, los jugadores que pueden querer más o menos a la institución para la que trabajan, pero que por encima de cualquier otra consideración, son trabajadores que tienen que cobrar su sueldo y eso es algo sagrado para cualquiera. Incluidos los que llegados a un punto de no retorno, tengan la osadía de reprocharles algo a quienes han dado muestras de estar para las duras y para las maduras, aunque dentro de unos límites. Y es que el problema es de fondo, viene fraguándose desde hace muchos años y va acompañado de intereses extradeportivos que mueven dinero cuando las vacas gordas pacen por los prados; cuando llegan las vacas flacas, las buenas intenciones se convierten en números fríos y van saliendo a la luz pública datos y números, amén de personajes que saldrán y que nadie se creería que pudieran estar donde estaban.