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Enrique Talavera: "Cumplí el sueño de cualquier deportista siendo muy joven"

El atleta algecireño fue el primer deportista de la comarca en participar en los Juegos Olímpicos. Fue en Seúl’88, cuando tenía 21 años. Se acaban de cumplir 25 años de su participación. Ahora, en el estadio que lleva su nombre, entrena a niños

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  • Enrique Talavera -

Un cuarto de siglo ha pasado desde la primera participación de un deportista de la comarca en unos Juegos Olímpicos. Fue en Seúl, en 1988, en concreto el 23 de septiembre, cuando Enrique Talavera Rubio tomó parte en la prueba de 100 metros lisos en la capital surcoreana, inscribiendo su nombre en la historia del deporte campogibraltareño.

Su nombre sigue escrito, de manera literal, en estadio que lleva su nombre en Algeciras, en el que ahora se dedica a entrenar a los jóvenes atletas del Promoción Algeciras que comienzan a dar sus primeros pasos en el deporte olímpico por excelencia.

—¿Qué recuerdo tiene de aquella experiencia olímpica?
—Como experiencia, pues muy buena, imagínate. Era muy joven y el sueño de cualquier deportista es participar en unos Juegos Olímpicos y yo lo conseguí siendo muy joven, con solo 21 años. Hice una temporada bastante buena y había logrado las mínimas, claro, porque eso es imprescindible, y al final la recompensa fue poder estar en Seúl. Los Juegos estuvieron marcados por el caso de dopaje más famoso de la historia, el de Ben Johnson, pero fue una gran experiencia. Para mí fue sobre todo un premio a la temporada. Además, los Juegos de Seúl cumpñieron con el objetivo de esto, que fue batir el récord de países participantes y de atletas. No hubo ningún boicot por el tema de la Guerra Fría y todas las ceremonias salieron muy bien. Fue hasta Corea del Norte.

—Y si hoy en día aún nos resultan extraños los países asiáticos, hace 25 años imagino que eran casi otro planeta...
—Claro. Seúl era una ciudad, dentro de aquello, muy exótica. Se habían preparado para los Juegos, pero no habían hecho nada a lo grande antes de eso y para la ciudad fue la oportunidad de dar una buena imagen a todo el mundo. Era muy joven y seguro que si hubiese vuelto después la hubiese visitado con otros ojos, con otra mentalidad, pero me gustó. Resultó bastante agradable. Todo era muy grande y los desplazamientos de un sitio a otro duraban mucho, pero lo pasé bien y me gustó el sitio.

—¿Fue muy distinta a la de Barcelona cuatro años después?
—Sí. A Barcelona solo fui con el relevo. Nos jugábamos más, teníamos el objetivo de hacer un buen papel, pero hubo errores. No es cuestión ahora de lamentarse por ello y recordar aquella vez que pudimos meternos en la final, pero vamos, fue también una buena experiencia y muy bonita. Sobre todo se notó en los años previos. El Estado invirtió mucho en la preparación de los deportistas, con mejores instalaciones. Yo cuando fui a Seúl entrenaba en Algeciras, pero en 1989 me fui a Barcelona para prepararme.

—¿Cree que aquello ayudó al desarrollo de la cantera en Algeciras?
—No sabría qué decir. Yo me fui a Barcelona y no viví el cambio que pudiera haber. De todas formas he conocido a muchos concejales de Deportes y cada uno da prioridad a uno u otro deporte El atletismo siempre ha estado ahí, pero no creo que aquello supusiera un cambio importante.

—¿Como lleva ahora la faceta de entreador?
—Bueno, yo entreno a niños de entre ocho y doce años. Ellos, por suerte o por desgracia, a esas edades tienen otros alicientes. Casi todos quieren ser futbolistas y el atletismo es algo complementario, ninguno quiere dedicarse a él con esa edad. Son demasiado pequeños para pensar en el atletismo como deporte al que dedicarse. Son pequeños, están a expensas de que los lleven y los traigan y es una forma de tener una actividad deportiva. Cuando crecen ya se ve quién se lo toma con más dedicación y sigue practicándolo, pero a estas edades es sobre todo una actividad física para complentarlos y se ha notado este año, que ha habido un incremento muy grande en el número de niños. Además el tema de los monitores también es complicado, porque apenas cobran y son gente muy vinculada a este deporte, que les gusta y suplen las carencias con esa dedicación. Es casi por amor al arte.

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