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“La obra lo que pretende transmitir es que todos sufrimos por amor”

Antonio Dechent llega este jueves al Muñoz Seca con \'La voz humana\'

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  • LA VOZ HUMANA -

Con el texto de Jean Cocteau y bajo la dirección de Antonio Campos, este jueves llega al teatro Pedro Muñoz Seca, ‘La voz humana’. Una obra en la que el espectador se encontrará con el rostro ‘más frágil’ de Antonio Dechent.  

¿Qué nos trae ‘La voz humana’?
–Nos trae una obra de 1930 de Jean Cocteau, nos trae la desolación del amor y nos trae una función que siempre ha estado interpretada por mujeres y que cuando lo ha hecho un hombre se ha hecho desde un punto de vista homosexual por la fragilidad que demuestra el personaje y creo que es la primera vez que lo hace un hombre porque el sufrimiento del amor no pertenece a ningún género y la obra lo que pretende transmitir es que, a fin de cuentas, todos sufrimos por lo mismo.

¿Cómo ha sido ponerse en la piel de un personaje que siempre ha estado interpretado por mujeres?
–Es un personaje un tanto diferente de lo que suelo hacer habitualmente que son personajes rudos, muy agresivos y éste es un personaje muy contenido y sobre todo eso, muy frágil.

¿Qué aspectos de la interpretación son los que más le han cautivado?
–Bueno, en principio lo que me cautivó, como casi siempre que puedes elegir lo que puedes hacer, fue el texto. Un texto de un gran poeta como Jean Cocteau y éste es una producción que conocen casi todos los grandes intérpretes porque en una hora el personaje va desarrollando todas las estrategias para intentar conservar ese amor que se le va. Entonces  lo más difícil ha sido  el monólogo porque normalmente el monólogo es una historia que tú le cuentas a un público, pero, en este caso, se trata de una persona que está hablando con alguien inexistente. Entonces todas las veces que habla ella, evidentemente, no habla, soy yo quien tiene que estar dándole esos giros a la interpretación y valorando algo que no existe, que alguien ha dicho al otro lado del teléfono, esa mujer. Eso quizá ha sido lo más complicado y lo que más me atrajo ha sido el texto.

¿Cómo se desenvuelve al estar sólo en el escenario y ante el público?
–Bien, la verdad es que bien. Aunque parezca mentira esta función tiene mucho de estar sólo en la habitación y esa es tal vez la intención de hacerlo también. Y aunque yo haya creado esta función para el público, sí que es verdad que tengo que creérmelo, sufrirlo y sentirlo. Entonces, en este caso, estoy poco atento al público creo que es mucho mejor que el público se involucre en la historia para sentirlo al final de la obra.

¿Se establece entre el espectador y la función una conexión especial?
–Hombre, todo el mundo ha sufrido por amor. Tal vez en ‘los camerinos’ sea mucho más expansivo, por decirlo de alguna manera, demostrando sus sentimientos; y, sin embargo, en el exterior, se lo guarda mucho más adentro. Pero cuando lo ves en el escenario, tal vez, le haya llegado a alguien de forma externa o, tal vez, todo lo contrario y haya sobrepasado incluso las cosas que le pasan al personaje. Hay gente que son más románticas y quizá estén toda su vida sufriendo por amor y otras, quizá, sólo lo hayamos sufrido a los 16 años, pero todos hemos tenido, como en el monólogo, una historia pasional y bonita.

¿Cómo está funcionando la obra desde su estreno?
–Bastante bien. Estoy asombrado. Ahora vengo del teatro de Madrid, hemos estado en la provincia de Sevilla y desde hace casi un año estoy centrado en el mercado de Triana de Sevilla, un teatro pequeño que es, además, el sitio adecuado para la representación de esta obra por ser un sitio más recogido.

A lo largo de su trayectoria profesional lo hemos podido ver en teatro, cine, televisión… ¿en qué medio se siente más cómodo?
–La verdad es que en el teatro. Porque me desenvuelvo bastante bien, lo disfruto y porque cada día es una cosa nueva y diferente. Y eres tú el que está jugando con tus propias actitudes y sentimientos. En cine, hay veces que estás más cómodo y otras que no, que depende del director e incluso del tiempo meteorológico porque cuando cae un tormentón y llevas 12 horas trabajando, pues no estás muy a gusto. Y televisión, pues depende, porque hay veces que estás muy cómodo y otras que hay que hacerlo todo demasiado rápido y hay que estar dispuesto. Pero es que en realidad éste es un trabajo en el que eres tú el que  lo preparas y eres tú el que buscas tu propia comodidad y depende de la suerte que tengas.

Además de está obra, ¿en qué otros proyectos está trabajando y tiene de cara al futuro?
–Estoy con otra función también ‘Tomar partido’ que acabamos de llegar de Bilbao. Tengo ahora una película en abril, que empezamos a rodar en Cuenca. Y a partir de verano empezaré otro proyecto teatral importante. Estas son las cosas que yo puedo prever, porque se tienen que preparar con tiempo. A lo mejor de aquí a un tiempo me llaman y hago algunas películas, pero eso no depende de mí sino de quién llama. Y como se dice en ‘Un tranvía llamado deseo’, “yo siempre he vivido de la generosidad de los extraños”. 

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