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Los rocieros sanluqueños regresan tras un duro camino

La llegada del Simpecado de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar a Bajo de Guñia se produjo con dos horas de retraso como consecuencia de las altas temperaturas y la dureza del camino

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  • El Simpecado en la barcaza -

Como cada miércoles después de Pentecostés, la playa de Bajo de Guía recibió a la Hermandad del Rocío de Sanlúcar de Barrameda, una de las más antiguas de Andalucía, que volvía a casa una semana después de haber iniciado su peregrinar hacia la aldea de El Rocío, para encontrarse con la Blanca Paloma.

Se hizo esperar la llegada de la carreta que porta el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar. Un numeroso público esperó paciente en la playa de Bajo de guía hasta que, pasadas las nueve de la noche, casi dos horas después de lo previsto inicialmente, vieron cruzar en la barcaza de los hermanos Anillo al Simpecado de la Hermandad.

El motivo de la tardanza no fue otro que el calor. Según explicó la Hermana Mayor del Rocío, Pepi Pérez, a este periódico,  las altas temperaturas provocaron que el cortejo se retrasara en su llegada a Sanlúcar. La parada previa en Marismillas ya se produjo con cierto retraso sobre el horario establecido para el cruce de la hermandad, que quería llegar a la Iglesia de San Jorge antes del anochecer. La sequedad del terreno provocó que, mirando también por los bueyes que llevan el Simpecado de la Hermandad, el cortejo fuera realizando más paradas por las arenas de Doñana, mucho más movidas que el año pasado.


La dureza del camino se notaba en el rostro de los romeros que acompañaban al simpecado de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar, algunos menos que en el camino de ida de la semana anterior. Ya en Sanlúcar, los rocieros fueron recorriendo las principales calles de la ciudad hasta llegar a su sede de la calle San Jorge.

Numeroso público en las paradas que el simpecado realizó en la Iglesia de San Francisco y en la de San Nicolás. También en su visita al Convento de las Hermanas de la Cruz y en la Iglesia de Santo Domingo.

Con la entrada en la Iglesia de San Jorge los rocieros sanluqueños ponían el punto y final a la romería del Rocío de este año y comenzaban a contar los días para la llegada de Pentecostés, el año próximo, cuando vuelvan a reencontrarse con la Virgen del Rocío en la aldea almonteña.
El encuentro con la Virgen del Rocío en la mañana del pasado lunes fue, un año más, el momento más esperado por los rocieros sanluqueños. Muchos fueron los que se trasladaron desde la localidad durante la madrugada para poder ver a la Virgen del Rocío en la casa de Hermandad que Sanlúcar de Barrameda tiene en la Aldea. Pasadas las ocho de la mañana, la Virgen del Rocío se acercaba a visitar a la Hermandad de Sanlúcar, momento que se vivió con cierta tensión, ya que el fervor de muchos almonteños provocó que la camarista de la Virgen del Rocío tuviera que llamarles la atención para que cuidaran al máximo el paso, ante la sospecha de la rotura de uno de los varales.

Al margen de esa tensión se vivieron los momentos de mayor fervor, cuando la Virgen del Rocío llegaba a la puerta de Sanlúcar. El director espiritual de la Hermandad, don Ángel Pérez del Yelmo, junto al párroco de la Parroquia de La O y director espiritual del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Sanlúcar, Juan Jacinto del Castillo Espinosa, recibieron a la Virgen. Se sucedieron los rezos y los vivas a la Madre de Dios por parte de los rocieros sanluqueños que asistieron, emocionados, una vez más al encuentro con la Blanca Paloma. El repique de las campanas acompañó al paso de la Virgen por una Casa de Hermandad que durante todo el fin de semana estuvo cargada de actividad, con la visita de muchos rocieros sanluqueños que este año no pudieron realizar el camino pero que acudieron para asistir al momento en el que la Virgen recorre las calles de la Aldea.

Este año ha aumentado por primera vez desde que estallara la crisis económica el número de sanluqueños que ha acompañado a la Hermandad hasta la Aldea almonteña. Alrededor de 3.200 romeros acompañaron al simpecado de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar en su camino de ida hacia Almonte por las arenas de Doñana. Una cifra que supone un aumento del 4% respecto al año pasado. También aumentaron los caballos y los vehículos ligeros que acompañaron a la filial sanluqueña.

En el camino de vuelta, menos romeros y también menos vehículos. Junto a Sanlúcar llegaron el miércoles a la ciudad las Hermandades del Rocío de Arcos, Chipiona, La Línea, Puerto Real, Rota y San Fernando, alterando el orden con respecto a la ida. En total, desde el Puesto de Mando Avanzado de Bajo de Guía se contabilizó el paso de 58 vehículos pesados, 189 vehículos ligeros, 286 caballos, 34 carretas y 2.234 personas que acompañaban a las distintas hermandades que realizan su peregrinación por los caminos de Cádiz.

Si la Hermandad del Rocío de Sanlúcar fue la protagonista del miércoles en su regreso a casa, este jueves lo serán las filiales de Chiclana, Cádiz, Jerez y El Puerto de Santa María.

Con la llegada de estas últimas filiales se pone fin al dispositivo especial que la Junta de Andalucía pone en marcha cada año para garantizar la seguridad de los miles de romeros que eligen el cruce por Bajo de Guía para llegar hasta el Rocío. La seguridad ha permitido hablar de un Rocío donde no se han producido incidencias destacadas, pero también ha suscitado las quejas de los romeros por la limitación del número de personas que acompañan al simpecado en el embarque y por los controles realizados en los recorridos y en distintos puntos de la ciudad.

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