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Les tiran ladrillos y agua fuerte

Utilizan los pisos de la fracasada promoción Mirador del Puerto en Gallineras para agredir a una familia.

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Estrella Torrejón Tenorio, vecina de Gallineras, ha denunciado que sufre agresiones de desconocidos encapuchados que desde hace años vienen arrojando a su vivienda ladrillos e incluso impactaron una bomba de agua fuerte contra la ventana, entendiéndose por bomba una bolsa de plástico llena de ácido clorídrico que explota al impactar contra una superficie sólida.

Para ello se valen del edificio abandonado que iba a llamarse Mirador del Puerto, una promoción de viviendas de Procohusol que se ha convertido en la zona en el emblema de la decadencia del sector de la construcción. El edificio fue vendido por el empresario Agustín Huelva a una empresa catalana, cuando aún era posible su finalización y comercialización, pero que lo ha dejado abandonado.

Estrella Torrejón envió un correo electrónico a este periódico pidiendo que alguien la escuchara y contó cómo están en constante peligro por esas agresiones, que tienen lugar en invierno o cuando ir con una capucha no levanta sospechas, ya que sabe que los agresores son jóvenes y se tapan el rostro para no ser descubiertos.

La joven que solicitó la presencia de los medios de comunicación informó que la Policía Local le ha puesto un dispositivo, pero que no actúa cuando lanzan  las piedras, durante la madrugada. Los agresores, además, cuentan con la ventaja de que la promoción de viviendas cuenta con dos salidas, por lo que pueden escapar si son perseguidos.

El otro problema que se les presenta es consecuencia del fracaso de la promoción inmobiliaria, de propiedad privada, que tiene la puerta de lo que iban a ser los garajes sin cerramiento. El habitáculo de entrada se ha convertido en un vertedero del que salen pulgas, ratones, cucarachas y todo tipo de bichos.

La basura que se acumula en ese espacio no tiene nombre y apellidos, pero todo hace indicar que algunos prefieren no recorrer unos metros más y llegar a los contenedores y dejar las bolsas a la mitad del camino.

Desde el Ayuntamiento le han respondido que hacen falta varios contenedores y operarios y que no hay presupuesto para ello. Hay que tener en cuenta que la basura no está en un lugar público, sino en una propiedad privada en la que no pueden entrar los servicios concesionarios de la limpieza pública. Ante semejante tesitura, le han sugerido que la limpien ellos.

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