El tiempo en: Cádiz

El Puerto

Una verdadera Oración de Esperanza

Retransmisión de la salida de la Hermandad del Olivo desde la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros. Eran las siete y media de la tarde y se abrían las puertas de la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros Coronada.

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Cargando el reproductor....

Eran las siete y media de la tarde y se abrían las puertas de la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros Coronada. Un río azul manaba de la misma, y es que la Hermandad de la Oración en el Huerto, o como cariñosamente se la denomina en la ciudad “El Olivo”, es una de las hermandades que más nazarenos pone en la calle. Es tradición y más en esta, que toda la familia se vuelque con su agrupación, es algo muy típico.
Jesús acompañado de sus apóstoles,  salía a la Plaza de España vestido de blanco y plata. Las cigüeñas sobrevolaban y daban la bienvenida a sus hermanos. Su “barcaza” dorada se encontraba soberbiamente adornada con orquídeas moradas y como es habitual, el buen hacer de sus cuadrillas de costaleros, provocó el aplauso de todos los allí asistentes. Es de elogiar como tras el paso, en forma de penitencia, iban todos sus costaleros.
Tras la banda, seguía saliendo el cortejo de la procesión hasta que el himno nacional daba la señal inequívoca de que María Santísima de Gracia y Esperanza iba a salir, con su palio de malla de oro y su manto azul marino, decorado con anclas y campanas.
El ancla es símbolo de esperanza ya que sujeta y da firmeza a una embarcación para que esta no sea arrastrada por el mar, y esa alegoría es la que simboliza esta imagen. Es el ancla que sujeta la devoción y la oración de su hermandad.
Es paso obligado la Plaza de La Cárcel, y como cada año, los exteriores del Hotel Los Cántaros, y la propia plaza en sí, dejaba atónitos a residentes y turistas, no cabía ni un alfiler. Desde muy temprano se agolpaba el público que por su estrechez y por la propia curva que hace la calle, obliga a que si se quiere disfrutar de este “pedazo” del recorrido tienes que guardar sitio.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN