Sonaban las campanas a difunto, las que anunciaban la muerte de Jesucristo en la cruz mientras las hermandades del Viernes Santo contaban en la calle este pasaje de la vida del Señor. El Cristo crucificado de La Veracruz con Nuestra Señora de la Soledad llorando su muerte, Las Angustias, su madre, sujetando entre los brazos a un Cristo ya yacente, y, por último, el Cristo muerto en la urna del Santo Entierro, con la Soledad de María Santísima. Tres hermandades para un Viernes Santo que ha puesto el colofón a una Semana Santa espléndida en Sanlúcar.
Desde la Parroquia del Carmen hizo su salida el único paso de la carmelitana Hermandad de las Angustias, que este año estrenaba el simpecado, bordado en los talleres de la hermandad, con asta con Inmaculada de orfebrería Sanlúcar. La corona y la daga, de plata chapada en oro, también elaboradas en los mismos talleres, fueron otro de los estrenos que puso en la calle esta hermandad. Acompañada por la Banda Sinfónica Julián Cerdán desfiló por las calles de Sanlúcar hacia la Parroquia de La O para realizar su estación de penitencia.
Precisamente desde La O hicieron su salida los hermanos de La Vera- Cruz, quienes minutos antes de poner a sus titulares en la calle, habían realizado su estación de penitencia en el templo que los acoge durante todo el año. Esta es una de las tres hermandades (junto con Humildad y paciencia) en la que los costaleros aún cargan sus pasos con cincho. Más de 200 nazarenos acompañaron a la imagen del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y Nuestra Señora de la Soledad en los Misterios Dolorosas del Santo Rosario, que este año tenía como estreno la restauración de una saya antigua para la dolorosa. En el arquillo de Rota la hermandad volvió a dejar una imagen para el recuerdo. La Banda de Música Fuentes de Andalucía acompañó a la Virgen, con ropas blancas y claveles blancos, mientras que el Cristo hizo todo el recorrido en silencio.
Y el cierre al Viernes Santo lo puso la más antigua de las Hermandades de Sanlúcar, la del Santo Entierro. Desde la Iglesia de San Francisco partió el cortejo que acompaña al Cristo yacente en la urna. Sólo la marcha fúnebre acompañó al titular de la Hermandad del Santo Entierro a su salida. Tras el paso de la Virgen de la Soledad, que estrenaba el bordado interior de la bambalina trasera, si se escucharon los acordes de la Banda de Música Maestro Enrique Galán de Rota. Acompañando a la Hermandad en su estación de penitencia fueron algunos de los representantes de las hermandades de penitencia de la ciudad.
