Actividades cotidianas pueden convertirse en una aventura diaria para personas con movilidad reducida, ancianos o unos padres con el carrito de un niño pequeño. Eso es lo que pasa en muchos puntos de la localidad, incluidos edificios públicos, según explica Manuel Serrano, presidente de la Asociación Comarcal de Personas con Discapacidad, ACCEDE.
Así, el Ayuntamiento tiene dos escalones de entrada y para poder acceder en silla de ruedas hay que solicitar que saquen del interior del edificio una rampa para poder entrar. El caso del juzgado es más complicado: primero habría que sortear los escalones de la entrada y después subir dos tramos más hasta la primera planta, sin ascensor.
En la iglesia de Santa María hace poco que se realizó una obra para rebajar un escalón y permitir la entrada al templo con una rampa, pero antes habría que poder subir a la acera, lo que priva a personas en sillas de ruedas poder acceder si no es con ayuda de alguien.
Son solo algunos de los ejemplos que se repiten en accesos a comercios, calles donde los coches tienen que ir detrás de una silla de ruedas porque esta tiene que circular por la vía o pasos de peatones por los que no se puede subir a la acera, a lo que se suma la insolidaridad ocupando las plazas reservadas. En este sentido la asociación ha solicitado el número de denuncias de la Policía Local en 2014, ya que considera que podrían ser entre cuatro y cinco al día, por lo que observan en lugares como el Centro de Salud, donde solo hay un aparcamiento.
Presupuestos participativos
En los presupuestos participativos del 2012, fue seleccionada la propuesta presentada por la Asociación Comarcal de Personas con Discapacidad, ACCEDE, "Por un municipio más accesible”, para eliminar barreras arquitectónicas. Los técnicos municipales tenían que estudiar las propuestas y valorar las zonas en las que actuar e invertir los 117.000 euros que corresponderían del 30% presupuesto. Pero Accede no ha recibido ninguna noticia al respecto desde entonces sobre las obras realizadas o previstas.