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Nervión es inexpugnable (2-1)

La fe del equipo de Emery y de un Pizjuán entregado posibilitaron una remontada en una segunda parte de las memorables

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  • Bacca inició la machada -

Mal y buen partido de un Sevilla que anoche tuvo dos caras. La del primer tiempo, la que menos gusta. Y la del segundo tiempo, la que acostumbra y da victorias.

Con más novedades de las previstas saltó el equipo de Emery al terreno de juego. Once titular del que se cayó contra todo pronóstico tanto Vitolo, como Bacca, además del lesionado Carriço. Kolo, Reyes y Gameiro tomaron el testigo desde el inicio.

Partido tosco e impreciso en su inicio, con escasa claridad en un centro del campo poblado de azules y contando los saques de esquinas como medio goles. Incluso el Zenit, sin buscarla, tuvo la primera de la noche en un disparo  cruzado de Shatov que obligó a Rico a emplearse a fondo. Pero para clara la del 17, en un cabezazo de Ryazantsev que se marchó lamiendo el palo.

Y claro, el que avisa no es traidor. Menudo golazo del propio Ryazantsev, que tras el rechace de Rico al primer disparo, en el segundo la coló por donde no quedaba ángulo. A la media hora se ponía la eliminatoria cuesta arriba. A partir de ahí, con más corazón que cabeza se lanzó el equipo de Emery a por los rusos, pero sin contabilizar ni una sola ocasión de gol hasta el tiempo de descanso.

Intentó Emery airear al equipo en la reanudación dándole entrada a M’Bia y a Denis Suárez. Al menos cambió la cara y el asedio sobre la meta rusa era patente, aunque a la contra los de Villas-Boas daban la sensación de que podrían sentenciar.

Pero el Sevilla la tuvo muy clara en el 64, tras una gran jugada personal de Denis que no fue a parar bajo palos a Bacca porque Garay lo impidió cuando ya se cantaba el gol. Pero al fin llegó el premio y merecido. Corría el minuto 72 cuando en una internada de Aleix Vidal sensacional el cuero voló para cabecearlo Bacca en boca de gol.

Y la máquina no se paró. Y creyó. Y remontó. Fataban cuatro minutos cuando, después de intentarlo de todas las maneras posibles, en el enésimo córner el rechace de volea fue a caer en las botas del mejor del encuentro, Denis Suárez, que la empaló como los ángeles para hacer el segundo y llevar a Nervión al sueño europeo. Todo queda para Rusia, pero este Sevilla cuando se lo cree es verdaderamente imparable.

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