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La justicia francesa busca a 306 yihadistas que están o han estado en Siria

En cuanto a los 306 individuos a los que se busca, Molins los catalogó en tres grupos, el primero el de los duros que han visto reforzadas sus convicciones en el combate y con los que "la respuesta debe ser la más represiva posible"

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  • Hollande. -

La justicia francesa busca a 306 individuos sospechosos de riesgo de terrorismo yihadista y que se encuentran en Siria o están de vuelta tras formar parte de grupos combatientes, según el fiscal que coordina la lucha antiterrorista.

En una entrevista publicada hoy por "Le Figaro", el fiscal de París, François Molins, subrayó que "no hay ninguna razón para ser optimista" porque "la amenaza (terrorista) nunca ha sido tan fuerte", e hizo hincapié en que hay 118 procedimientos judiciales abiertos por yihadismo en Siria, en los que están imputadas 169 personas, 106 de ellas en prisión provisional.

En cuanto a los 306 individuos a los que se busca, Molins los catalogó en tres grupos, el primero el de los duros que han visto reforzadas sus convicciones en el combate y con los que "la respuesta debe ser la más represiva posible".

El segundo son aquellos que dicen haber roto con el yihadismo, con los que hay que tener cuidado porque por los testimonios recopilados y los mensajes que se les intercepta "a menudo hay una gran brecha entre lo que dicen y lo que siguen escribiendo y pensando".

Por último, está "el perfil del desequilibrado psiquiátrico o psíquico, que puede servir a acciones abominables y que hay que castigar y tratar a la vez", señaló.

El representante del Ministerio Público recordó que en los casos de terrorismo islámico se ha identificado a 480 individuos, que de acuerdo con los servicios secretos hay 1.636 personas en las redes de reclutamiento y envío de yihadistas a Siria, y que el número de procedimientos desde finales de 2013 "se ha disparado un 180 %".

Interrogado por algunos de los más sonados últimamente, Molins reveló que "según todas las hipótesis que se están verificando", el terrorista Amedy Coulibaly, que cometió en enero una masacre en un supermercado judío de París, donde fue abatido, había "recibido instrucciones desde el extranjero".

A ese respecto, lo comparó con el caso del argelino Sid Ahmed Ghlam, detenido en París el 19 de abril tras matar a una mujer y supuestamente preparar un atentado contra una o dos iglesias.

Explicó que el esquema es que se beneficiaron de complicidades exteriores, de ayudas logísticas y que respondían a instrucciones recibidas por mensajería electrónica, y lo relacionó con las consignas del Estado Islámico para participar en la yihad y "si eso es imposible, pasar a la acción en territorio nacional (Francia) para degollar franceses, empujarlos al vacío o atropellarlos".

Sobre las personas vigiladas por los servicios secretos, que según los últimos datos comunicados son ahora 1.636, el fiscal reconoció que teniendo en cuenta la evolución, no hay medios para seguir a 3.000, lo que significa que "no hay riesgo cero".

Por eso, de lo que se trata es de hacer una criba entre los que "necesitan ser seguidos y los que lo necesitan menos", una cuestión "difícil" porque hay que tener en cuenta los que dan "signos débiles" de implicación, y en ese contexto resulta "esencial" mejorar los intercambios entre los servicios secretos de otros países.

A ese respecto, subrayó que la cooperación penal internacional "puede ser tanto la clave del éxito como la explicación del fracaso", y contó que eso depende de las relaciones personales que permiten resolver asuntos, "como ocurrió con los hermanos Kouachi (los autores de la matanza de la revista "Charlie Hebdo" en enero en París) y Coulibaly con Bélgica, Estados Unidos y España".

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