Los periodistas españoles Ángel Sastre, José Manuel López y Antonio Pampliega llevan nueve días desaparecidos en Siria, después de que el pasado día 12 de julio se les viese por última vez en la ciudad de Alepo.
Los tres reporteros, que trabajan como "freelance", entraron en Siria desde el sur de Turquía el 10 de julio y, dos días después, el 12 de julio, se perdió el contacto con ellos, ha explicado a EFE la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González.
Tras conocerse la noticia del secuestro, las familias de los periodistas han reconocido que desde el día 12 "se trabaja en su búsqueda y localización" y que hasta la fecha no existe confirmación alguna sobre su paradero, por lo que han pedido "paciencia pero, sobre todo, respeto" y "la mayor discreción posible tan necesaria en momentos como estos".
El Ministerio de Exteriores está "al corriente de la situación", según fuentes del departamento que dirige José Manuel García-Margallo, que se han limitado a añadir que están "trabajando en ello".
Se trata de tres periodistas con una larga trayectoria en cobertura de informaciones en zonas de conflicto.
Uno de ellos, Antonio Pampliega, es madrileño y ha trabajado en zonas de conflicto desde 2008 que incluyen Irak, Líbano, Pakistán, Egipto, Afganistán, Haiti, Honduras, Siria, Somalia y Sudán del Sur.
Sus trabajos han sido publicados en los medios CNN, BBC, El País, Público, EFE o Neupic, donde colabora desde 2013.
Otro de los desaparecidos, el fotoperiodista leonés José Manuel López, de 44 años, acumula una larga trayectoria como corresponsal de guerra con un trabajo marcado por la denuncia de la injusticias por los que ha recibido multitud de premios.
Hace apenas tres semanas recibió el Premio Marco Luchetta de fotografía, un galardón que se suma a otros recibidos anteriormente.
Tras once años trabajando en un medio de prensa y con la llegada de la crisis, López se dedicó de lleno a hacer reportajes humanos y seguir los conflictos internacionales más candentes como fotoperiodista 'freelance' a tiempo completo.
Una pasión por la imagen que le ha llevado a Afganistán, Irak, Congo, Líbano, Palestina, Kosovo, Guatemala o Ucrania, entre otros destinos.
En los dos últimos años se ha centrado en la guerra de Siria, el conflicto de Sudán del Sur, Somalia o Irak como colaborador habitual de la Agencia France-Presse (AFP).
Ha publicado sus fotografías en medios de comunicación tan relevantes como The New York Times, The Guardian, Le Monde, El País o Der Sipiegel.
El tercero de los desaparecidos es el periodista extremeño Ángel Sastre, que tras seis años recorriendo América Latina como "freelance" para televisiones, periódicos y radios nacionales, esta era la segunda vez que viajaba a Siria para retratar el dolor del conflicto.
En 2010, recibió el Premio Larra de la Asociación de la Prensa de Madrid para periodistas menores de 30 años y ha cubierto acontecimientos políticos y humanos para medios como la extinta emisora de televisión CNN +, Telecinco, Cuatro, Onda Cero, La Razón y El Confidencial.
Antes, ejerció como corresponsal en Londres para Antena 3 y Onda Cero, y con su trabajo ha denunciado la violación de derechos humanos en países como Argentina, México, Ecuador, Nicaragua, Venezuela, Brasil, Perú, Chile o Colombia.
En los dos últimos años centró su trabajo en Siria e Irak.
Su último mensaje en Twitter @AngelMSastre es del 10 de julio, cuando escribió desde Turquía la palabra "coraje" en español, francés y árabe.
Estos tres periodistas elevan a siete el número de informadores españoles que han sido retenidos mientras ejercían su profesión en los últimos dos años en Siria, un país considerado el más peligroso del mundo para ejercer el periodismo y "el más mortífero", según Reporteros sin Fronteras (RSF).
Muestra de ello es que de los 119 periodistas secuestrados en 2014, 27 fueron en Siria, y de los 66 asesinados, 15 lo fueron en ese territorio.
El grupo yihadista Daesh (acrónimo del Estado Islámico) puso en marcha en 2014 "una industria sangrienta" de secuestros y ejecuciones de periodistas, cuyo punto "álgido" fueron las decapitaciones de los reporteros estadounidenses James Foley y Steve Sotloff, según Reporteros sin Fronteras.
Siria se convirtió en 2013 en el país más peligroso para los informadores, después de que más de la mitad de los 87 secuestros de periodistas que se registraron ese año en el mundo tuvieran lugar allí.
Entre ellos, los de los españoles Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova, liberados el 30 de marzo de 2014 tras más de seis meses de secuestro.
Espinosa, periodista del diario El Mundo, y el fotógrafo 'freelance' Ricargo García Vilanova también fueron secuestrados por el EIIL en un puesto de control de Tal Abyad, en la provincia de Raqqa, fronteriza con Turquía.
Unos días antes, el 2 de marzo de 2014, quedaba en libertad el corresponsal de El Periódico de Catalunya Marc Marginedas, secuestrado seis meses antes en los alrededores de la ciudad de Hama, en el centro de Siria, por yihadistas del Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL).
Además de ellos, el fotógrafo vasco Andoni Lubaki permaneció 12 horas retenido por grupos rebeldes en Alepo, donde trabajaba como freelance.
Tras conocerse la desaparición de los periodistas, algunas asociaciones de prensa han mostrado su solidaridad con ellos y han confiando en que las autoridades los encuentren "sanos y salvos" exigiendo su "inmediata liberación".