El británico Andy Murray, segundo favorito, conquistó por tercera vez en su carrera el Masters 1000 de Canadá, que se disputa en Montecarlo, y se entrometió en la dictadura fijada por el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, que padeció su cuarta derrota de la temporada.
El tenista escocés, que desde final de Wimbledon del 2013 no ganaba al balcánico, con el que ha perdido 19 de los 27 partidos que hasta ahora habían disputados, incluidos los ocho últimos, cuatro de ellos en el 2015, necesitó tres horas para derribar en tres sets la fiabilidad de su rival (6-4, 4-6 y 6-3) en una jornada marcada por el calor y las carencias físicas que condicionaron a ambos.
Murray necesitó de su mejor tenis y de la inestabilidad del serbio, dolorido en el hombro derecho, para impedir que Djokovic llegara a dominar el duelo. Pudo equilibrarlo el jugador de Belgrado. Pero no le alcanzó para dar un giro total al partido.
Andy Murray recuperó el trono del Masters 1000 de Canadá en el que se aposentó en las ediciones del 2009 y 2010 e impidió un nuevo éxito del número uno del mundo, campeón este año en Wimbledon y el Abierto de Australia y los Masters 1000 Roma, Montecarlo, Miami e Indian Wells.
El revés encajado en Montreal es el cuarto que ha padecido Djokovic a lo largo del curso. El suizo Stanislas Wawrinka, en Roland Garros, el suizo Roger Federer en Dubai y el croata Ivo Karlovic, a principio de curso, en Qatar, han sido hasta ahora los únicos capaces de superar al balcánico. Murray se suma ahora a esta relación.
El británico encarriló pronto el inicio del partido. Una rotura en el tercer juego le dio vía libre hacia el set. La angustia y la presión, a menudo enemigos añadidos del escocés, permitieron la reacción de Djokovic que enmendó la situación (4-4). Pero Murray retomó el mando, ganó los dos siguientes juegos y se apuntó el parcial.
Djokovic no tardó en reaccionar y encarriló la segunda manga con 2-0. A pesar de la inestabilidad evidenciada por ambos, sometidos ya por el fuerte calor y humedad, mantuvo el tipo e igualó el partido con la conquista del segundo set.
El desempate presentó los mejores momentos del choque. Fue el momento de la épica, de un dominador, Murray, y un rival que resistía a la derrota. El 3-0 que consiguió el británico le facilitó la tarea. Aunque clave resultó el séptimo juego, con nueve igualdades y con veinte minutos de duración.
Con 5-2 en contra Djokovic, al servicio, salvó tres puntos de partido y después, con Murray al saque en el siguiente, tuvo tres ocasiones de enmendar el partido.
El escocés se aferró a la posibilidad de triunfo y se hizo con el partido, que cerró a las tres horas de juego para ensanchar su palmarés en el curso. El Masters 1000 de Montreal se suma al de Madrid y a los torneos de Queens y Múnich. Y para ampliar a 35 el número de trofeos de su carrera.