La ciénaga, cuarta obra de Antonio Morales, será estrenada en Morón de la Frontera (Sevilla) en abril y tendrá una lectura dramatizada en Madrid el día 29 como una reflexión sobre el drama migratorio, la tragedia del Mediterráneo y la situación, entre la vida y la muerte, de miles de refugiados.
"Nadie se salva en la frontera", ha dicho a Efe Antonio Morales, nacido en Palma de Mallorca en 1968 y profesor de Literatura, sobre su obra, que será estrenada en el Teatro Oriente de Morón de la Frontera por la veterana compañía Almazara Teatro y el 29 de enero tendrá una lectura dramatizada en la librería madrileña "El olor de la lluvia".
La ciénaga, según su autor, pretende atizar el debate sobre el concepto de ciudadanía porque, ha explicado: "nos están engañando; no se puede llamar 'refugiado' a nadie si no se le da refugio; es precisamente esa guerra que patrocinamos en Occidente y perpetramos en Oriente la que provoca oleadas masivas de emigrantes que se hacinan en campos de concentración, porque no queremos que sean ciudadanos como nosotros".
"En las fronteras no existen los ciudadanos, existen los esclavos, los mojados, los parias, los sin papeles,... En la frontera lo que existe no se ve y lo que se ve no existe", ha añadido sobre su obra, en la que igualmente plantea un interrogante:
"¿En qué nos hemos convertido los humanos si el mero azar de nuestro lugar de nacimiento determina nuestra legalidad o nuestra ilegalidad, nos hace soberanos o nos hacina en campos de concentración?"
Editada por Ediciones Irreverentes, premio a la mejor labor editorial de la Asociación de Autores de Teatro, "La ciénaga" recrea el "universo fronterizo" con los más variados recursos, desde las imágenes surrealistas al verso barroco: "Hay momentos en que creo que mis personajes no podrían existir si no hablasen en décimas o en octavas, en romance o en redondillas", ha señalado el autor.
Sobre su concepción dramatúrgica, Morales ha señalado que "el teatro debe partir de un temblor interno, de un latido poético, para aspirar a trazar senderos que todavía el mundo desconoce, como la construcción de la paz definitiva o la abolición de los géneros".
"Mi teatro intenta mantener siempre un pulso poético con la realidad, partiendo más de la duda que de la certeza; creo que lo más original que puedo aportar es la mirada a nuestro teatro del Siglo de Oro, del que me confieso enamorado, en estos tiempos de modernidad líquida", ha añadido.
Sobre ese "pulso con la realidad", en "La ciénaga", protagonizada por, entre otros personajes, un feriante y un policía de fronteras, la tragedia de los emigrantes transcurre paralela a "la fiesta de Occidente", que según el autor se produce de manera simultánea a la extorsión y los abusos contra los más débiles.
Sobre su experiencia como profesor de Literatura, Morales ha asegurado que la presencia del teatro en el currículo educativo "es anecdótica en Primaria y Secundaria y nula en las etapas postobligatorias".
"El teatro no tiene una presencia digna en los planes de estudio; mi experiencia como docente me dice que sigue existiendo una brecha abierta entre los estudios de bachillerato artísticos, de humanidades y científico-tecnológicos; la terminología misma otorga la cualidad de 'científico' a todo aquello que no tiene que ver con las humanidades ni con el arte".
"Entre el alumnado corre como la pólvora un cliché rotundamente falso: El que vale, vale, y el que no, para Letras; y es importante comprender que todas las fuerzas sociales deben colaborar en el objetivo de forjar una ciudadanía responsable que garantice un futuro sostenible, lo que sólo será posible a través de una educación universal de calidad que fomente la educación artística", ha concluido.